647 motivos

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Durante esta semana, Timoleón Jiménez, Rodrigo Londoño Echeverry o más conocido con el alias de “Timochenko”, actual jefe del partido Farc causó gran revuelo al mostrar la firme intención de cambiarle el nombre a este partido político por tres motivos principalmente: acercar a más sectores democráticos, distanciarse de las mal llamadas disidencias y darle más “caché” al nombre del partido.

Además, ‘Timochenko’ mencionó que este proyecto lo quiere realizar en “honor a la verdad y por propuesta popular que recogió a través de redes sociales”. Es por ello, que dado que este actual "senador" al cual el Pacto de la Habana le perdonó con vehemencia haber reemplazado en el 2011 a alias ‘Alfonso Cano’ en la estructura criminal, que tenía 16 condenas por asesinatos, secuestro, toma de rehenes, desplazamiento, reclutamiento de menores, además de 182 procesos judiciales (de los cuales 106 son por homicidio), 57 medidas de aseguramiento y más de 70 años de prisión por atentados, yo si quiero nombrarle otros 647 motivos por los cuales considero que jamás serán dejados de llamar como son, Farc, asesinos, terroristas, ladrones, violadores, secuestradores, narcos, entre otros.

Empecemos, el 15 de abril de 1996, donde las Farc ubicadas en Puerres, Nariño, mataron a 31 soldados, además de dejar 16 heridos y secuestrar a 17 personas. 4 meses más tarde, el 30 de agosto se produjo quizás, una de las Tomas guerrilleras más mencionadas, la de la Base militar las Delicias, en el Putumayo, aquí hubo 27 uniformados asesinados, 22 heridos y 60 secuestrados. Después, un año más tarde, el 21 de diciembre de 1997, las Farc le dieron como regalo de navidad a la población civil del Cerro de Patascoy, un secuestro de 18 personas y además asesinatos de 11.  Luego, el 1 de enero de 1998 en El Billar, Cartagena de Chairá (Caquetá), para “celebrar el año nuevo”, 61 soldados fueron asesinados y 43 más secuestrados en las unidades militares BRIM 3 – BCG 52. 7 meses más tarde, el 14 de agosto de 1998, las Farc atacaron al Ejército en Tamborales de Mutatá, Chocó, dejando como saldo 48 militares asesinados y 21 secuestrados. Además, el 8 de julio 1999, atentaron contra pelotones del Batallón Landazábal Reyes en Gutiérrez, Cundinamarca, donde 36 militares perdieron la vida. Luego, el 12 de diciembre de 1999 atacaron al Batallón de infantería No. 5 en Juradó, Chocó, matando a 23 militares y secuestrando a 75.

Claro está, no podían iniciar siglo sin dejarlo escrito con sangre en la historia. El 20 de octubre del año 2000, realizaron la Toma del municipio de Dadeiba, Antioquia, donde 52 militares fueron asesinados. Al año siguiente, el 23 de junio, atacaron la base de instrucción del Batallón de Selva No. 49 en Puerto Leguízamo, Putumayo, dejando como saldo 30 militares muertos. Ya en el 2006, para ser precisa, el 19 de octubre, tuvieron la deshumanizada acción contra un claustro de formación académica, este fue, el atentado a la Universidad Militar Nueva Granada. Seis años más tarde, el 28 de abril de 2012 realizaron el ataque a la Bracna en el municipio de La Montañita (Caquetá), como resultado hubo 15 militares asesinados y 1 periodista secuestrado (ojalá que a alias ‘Tornillo’ no le de por hacerme lo mismo por contar algunas de las “aventuras” de sus camaradas).

Al año próximo, un glorioso día de nuestra independencia nacional, el 20 de julio de 2013, atacaron a uniformados en Fortul, Arauca, asesinando a 17 militares y desapareciendo a 4. Al siguiente año, el 12 de noviembre 2014, interceptaron a un pelotón en la vía entre Chaparral y Rioblanco, Tolima, donde 2 soldados fueron asesinados. Y, finalmente (pero no como último acto criminal en su prontuario), el 14 de abril de 2015 en Buenos Aires, Cauca atacaron a la Brigada móvil 17, donde murieron 17 personas.

Esta bien, yo no soy víctima y doy a gracias a Dios que no he sido secuestrada, amenazada, violada, silenciada (de múltiples formas), pero si he visto a mi Patria desangrarse por todas estas atrocidades y he conocido de cerca el dolor de aquellos a quienes esta amarga actuación criminal si les tocó; por ello en mi consideración, hasta que no paguen por lo que le han hecho a nuestro país (por cada lágrima y cuerpo desangrado), reparen de diferentes maneras a todas las víctimas, entonces, se podrá dialogar basados en la verdad real sobre el cambio del nombre de su partido por acciones democráticas justas, es decir, que dejen de combatir usando las diferentes formas de lucha, porque las mal llamadas disidencias ya no son solamente las que se quedaron en el monte, son las que están en el Congreso sacando proyectos de ley para dejar en la impunidad sus delitos, les están “limpiando el alias”. Aquí la memoria la están construyendo del lado que no es, por eso espero haberles dados más de cien motivos para recordarlo.

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