Los negocios surgen de la confianza, y durante mucho tiempo hemos tenido la presencialidad como garantía de saber que los compromisos se cumplen. Las protestas cuando exigen la presencia de gobernantes o jefes de empresas, o pedir que el arrendatario potencial vea una propiedad y no sus familiares o apoderados para tomar la decisión por parte del propietario o administrador son ejemplos muy claros de esa ya muy antigua costumbre, que ha sido el principal reto para la virtualidad.
En ocho meses el mundo cambió y tal vez para siempre, de tal manera que el acceso a la internet, la energía eléctrica, al agua y a la telefonía sean producidas de forma sostenible, lo cual será un factor clave y vital para los próximos años a la hora de integrar políticas públicas ya existentes, que es el camino para realizar, como se dice en lenguaje jurídico "economía del proceso" para que todo fluya articulado, fácil y que estas políticas públicas sean sostenibles, de Estado y región y no de gobiernos de turno. Esto creará la seguridad jurídica vital para la confianza inversionista.
El emprendimiento per se nace de la confianza. Esa confianza, en esencia nace en principio de la certeza de libertad y posibilidad de apoyo, conocimiento y surgimiento de la idea o proceso de negocio. Posteriormente vendrá un duro trabajo que es el de viabilidad, mercadeo, demanda, caracterización, en fin, la tecnificación de la intuición, y a esos elementos sin duda, estarán ligados dos principios a la hora de la reactivación mixta que proponemos aquí: la bioseguridad y conectividad, en una y otra la especialización y la inversión son necesarias, y más que necesarias, vitales.
Desde las asambleas de propiedad horizontal hasta las clases de jardín de niños; cultos religiosos hasta conciertos pagos y videoconferencias ya no necesitan de la presencialidad y ahora al momento de promocionar países, turismo, modas, agricultura, mercados de la industria cultural y creativa necesitan el calor y contacto humano -en el sentido emocional no material- y para eso es simplemente cumplir las restricciones y medidas de los gobiernos nacional y local, pero con oportunidades para la interacción de potenciales clientes, visitantes y periodistas, inclusive pensando en la descentralización de los eventos empresariales dentro de las ciudades o en diferentes regiones del país.
Esperamos que Bogotá en cabeza de la Cámara de Comercio y Corferias tengan en cuenta esta propuesta para diciembre y el comienzo de 2021.