En entrevista con Salud Hernández un ex guerrillero reclutado a los 13 años en 1993 por el Frente 14 de las Farc de Sonia Nayibe Rojas, Joaquín Gómez (Miltón Toncel) y Fabían Ramírez, relata el reclutamiento de más de 400 niños entre los 13 y 17 años por los frentes 14 y 15 en el sector de Suncillas departamento del Caquetá. Describe el fusilamiento de 50 niños y 30 niñas en ese campamento, en ese tiempo. Relata que una de sus amigas reclutada (Rosita de 14 años) fue fusilada por comerse un pedazo de panela. La pregunta es ¿Ya se encontró la fosa común de esos 70 niños fusilados? ¿La JEP ya recibió este relato? Después de 2 años de funcionamiento de la JEP, ¿Ha condenado a alguién por estas desapariciones forzadas?
Según datos de la Fiscalía, en un informe revelado en el 2016 por el ex vice Fiscal encargado, Jorge Perdomo, la Farc reclutó entre 1975 y 2014 a más de 11 mil menores, con seguridad, la cifra es mayor. En este informe se evidencia que los mayores reclutadores son Iván Márquez y el Bloque Oriental, con 7.867 niños. Las modalidades de reclutamiento son la persuación, el engaño y el forzado y uno de los mayores picos se dio entre 1998 y 2002 en el periodo de la zona de distención.
Por estos días a muchos colombianos les ha cuasado indignación escuchar a Criselda Lobo, la mujer de Tirofijo, y a Timochenko en los medios decir que ellos nunca reclutaron, que los niños de 7 años ingresaban a la Farc por voluntad, como si su noción de infancia fuera disparar fusiles y no jugar con juguetes.
¿Es una estrategia de Criselda Lobo la nueva 2da vicepresidente del Senado negar el reclutamiento?
Una vez desiganada como 2da vicepresidente de la mesa directiva del Senado de la República, la primera manifestación fue decir que la Farc no reclutaban, que la Farc tenía reglamentos fuertes en contra del reclutamiento y que los que reclutaban eran sancionados, como intentando decir que ya están castigados para no reconocer lo ovbio, Sí reclutaban.
Claramente es una estrategia que busca negar la verdad de los actos barbaros de la Farc. Lo más lamentable de estos procesos de amnistía e indulto es que los perpetradores de los peores crímenes, al no ser condenados, creen tener la potestad de re escribir la historia, distorcionando sus propios actos. Lo hacen para ganar aprobación de aquellos que no los conecen, en su mayoría jóvenes, y confundir a aquellos que sus recuerdos son borrosos. Se hacen pasar por héroes y hacen pasar a los que los han combatido, como los villanos.
También lo hacen como manera de ganar opinión, de presionar y evitar que los operadores de justicia tomen decisiones que afecten su nueva comodidad, su nueva forma de destruir el país. En la Ley 1820 de 2016 que reglamenta la amnistía e indulto otorgados en el acuerdo firmado entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la Farc, en su artículo 23, estipúla que no son conexos con el delito político, la sustracción y el reclutamiento de menores. Es claro que tratar de morigerar el delito establecido en el Estaturo de Roma, tiene como objetivo evitar que los máximos responsables de estos delitos pierdan la comodidad que han logrado con el acuerdo, ser congresistas.
Creer que porque firmaron un papel ya se borraron de tajo todos los asesinatos, la desapariciones forzadas, las masacres, los descuertizados, los reclutados, las violaciones sexuales de niños, las minas antipersonal alrededor de las escuelas, los burros bomba, el collar bomba (así digan que no lo hicieron), los atentados a los oleductos que terminaron en destruir la flora y fauna, las extorciones, los secuestros, los robos y demás sin número de delitos que han marchitado la grandesa y el desarrollo de Colombia.
Por esa misma razón invalidaron la competencia de la Fiscalía para seguir llevando los casos de delitos atroces, competencia que le fue dada exclusivamente a la Justicia Especial para la Paz – JEP. Pero ¿Qué resultados ha dado la JEP? Lo cierto es que esta jurisdicción fue la que evitó que alias Jesús Santrich fuera extraditado para que luego se fugara a Venezuela y llevara las riendas del narcotráfico junto con Iván Marquez. Así mismo, ocurrirá con los delitos atroces de los cabecillas que están en el Congreso. Los dejarán escapar.
¿Qué va a pasar con todos los casos de reclutamiento? ¿Van a quedar en la impunidad? Como lo dicen Macartan Humhreys y Jeremy Weinstein, el reclutamiento es vital para la supervivencia de los grupos armados. Nadie con sentido común y menos los niños, ven el ingresar a un grupo ilegal con prácticas criminales la forma correcta de solucionar los problemas acaecidos en el país. Según el Centro de Memoria Histórica hay registros de más de 16 mil 800 niños reclutados, exponiendo a la Farc como los mayores reclutadores de menores con un 54%.
El que públicamente, Criselda Lobo diga que la Farc no reclutó menores, solo deja al entendimiento que nunca habrá verdad. Aquella por la que mancillaron la Constitución y sacrificaron la justicia, por la que le hicieron el quite a los convenios internacionales y a las leyes, llegando al punto de no cumplir con lo estipulado en el acuerdo que ellos mismos crearon para su reincorporación.
Tenemos la responsabilidad histórica de no permitir que estos casos queden en la impunidad. Los cabecillas de la Farc, en su afán de no reconocer la verdad, le cambian el nombre al delito o niegan su comisión, como recurso que evite su juzgamiento penal. No podemos ser indolentes con las familias a las que les fueron arrebatados sus niños. Aunque la Farc hayan creado una justicia especial que los favorezca, los ciudadanos debemos defender la dignidad de esos niños, jóvenes y adultos a los que les fue arrebatada su vida.