En el año 2010, el guerrillero alias “tornillo” cambió completamente su aspecto por ser un objetivo de alto impacto por los organismos de seguridad. No sería el primer camuflaje que usaría para encubrir sus fechorías. Empecemos por desenmascararlo; este criminal también es conocido como Julián Gallo Cubillos o actualmente, senador Carlos Antonio Lozada, del partido FARC. Recordemos que, en el mismo año fue el suplente del “Mono Jojoy” por ser su pupilo y además experto en acciones terroristas urbanas y rurales, después de que Víctor Julio Suárez Rojas fuera dado de baja por los valientes soldados de nuestro Ejército Nacional en la Operación Sodoma.
Las cifras demuestran el accionar delictivo de este sujeto, quien en la misma fecha que reemplazó a Jorge Briceño, ya había asesinado a más de 20 policías en los territorios de Caquetá, Putumayo y Cauca. Siendo puntuales, el Centro de Memoria histórica muestra que entre el año 1970 y el 2010, los secuestros fueron de 27.023 personas, de estos, 24.482 corresponden a víctimas de la guerrilla de las FARC y otros 2.541 a paramilitares. Por otro lado, en acciones bélicas, entre 1988 y 2012, hubo 717 víctimas a manos de las guerrillas, los ataques a bienes civiles fueron de 4.323 y 77 a atentados terroristas. Las masacres sumaron entre 1985 y 2012, 343, entre estas no podemos olvidar la cometida también por este senador el 26 de noviembre de 1991 en el municipio de Usme, donde asesinó a 7 integrantes de una comisión judicial. Finalmente, la violencia sexual lamentablemente entre los mismos años alcanzó la cifra de 1.754 víctimas. Cabe aclarar, que todas estas víctimas aterradoras no corresponden solamente a Lozada, pero que no se haga el de “la vista gorda”, que muchos de esos números si le corresponden.
Por otro lado, en el 2014 fue nombrado miembro de la delegación en Cuba como parte de la delegación de paz, mérito que obtuvo por supuesto por tener una hoja de vida “intachable”: Lozada, en el año 2000, creó el Partido Comunista Clandestino Colombiano (PC3); en la Columna Antonio Nariño, que era el brazo político de las FARC, dirigió los comandos urbanos insurgentes; en el mismo año, la Unidad Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía expidió una orden de captura en su contra por secuestro extorsivo y rebelión. Referente a órdenes de captura y procesos judiciales, en el año 2014, se le reportaron dos. Además, también tiene “importantes recomendaciones extranjeras”, la DEA informó que este senador es responsable de la producción y tráfico de cocaína de las FARC; finalmente, también realizó un atentado en el Palacio de Nariño en el 2002 durante la posesión de Álvaro Uribe, que dejó 23 muertos y 56 heridos… Y aún así, alias “tornillo” salió a exigir justicia en el caso del expresidente.
Otro de los crímenes que este guerrillero ha cometido, es callar a todos los periodistas que intenten refrescarle la memoria a la sociedad colombiana con las actuaciones hechas por este grupo: violaciones a menores, abortos, asesinatos, robos, atentados, entre otros. Hablemos de casos claros, en octubre de 2019, el juez Hyman Reyes resolvió tutelar a la editora en jefe del Panam Post, al considerar que ella violaba los derechos fundamentales al buen nombre y a la honra del honorable senador Carlos Lozada, razón por la cual la periodista tuvo que retractarse de las acusaciones y abstenerse de realizar pronunciamientos en contra de este narcoterrorista.
Les pregunto ¿estos delincuentes merecen cárcel o curules? Sin duda, es un eterno dilema entre aquellos que siguen confiando en un proceso de reinserción a la vida civil y aquellos que exigen justicia para todos los bandidos que tantos crímenes han cometido. Yo, solamente quería comentarles un poco del prontuario, perdón, el curriculum vitae del senador “tornillo”, quien, con cinismo, sin nada de vergüenza y si con mucho alarde se atreve a seguirse pavoneando entre nuestras instituciones, haciendo de las suyas, ya no con el poder de las armas, sino usando otras formas de lucha, como la palabra y la manipulación. El señor Carlos Antonio Lozada, alias “tornillo”, no es más que un criminal que se burla de la justicia y de todas sus víctimas, quienes siguen en espera de reparaciones, mientras él, sigue engordando con más de 10 millones de sueldo mensual.