Bien lo señalaba Bolívar: “Bogotá ha sido siempre y es el trono de la opinión nacional.” Así a muchos no les guste, es una realidad de a puño, que quien gobierna la Capital tiene la mejor vitrina para hacerse al poder a nivel nacional, los partidos políticos que no comprenden esto están destinados a la micro-política, al menudeo sin ideas y ni propuestas y por ende a su desaparición.
Pero la pregunta responder hoy es ¿Qué medidas legales tomaran los concejales junto con la Señora Alcalde frente a las próximas protestas en temas como la movilidad de los ciudadanos? ¿Cómo garantizaran nuestros derechos?, ¿Será que volveremos a ser víctimas de papas bomba frente a las universidades públicas de la Ciudad?
Y, es en este punto donde la oposición y el recto ejercicio del poder deben cumplir con sus funciones, de un lado los cabildantes que no participan en el gobierno de Claudia no pueden ser ajenos a la realidad que propone el Comité del paro y están obligados a exigir medidas preventivas que aseguren el respeto de los derechos de los ciudadanos que no están convencidos de las mal llamadas “protestas sociales”. No pueden ser perezosos o irresponsable con hacer cumplir la ley y deben evitar victimizar a los ciudadanos que no los convence el embeleco de las marchas, ellos también tienen derechos, ¿o no?
No se trata de hostilizar ni de crear un mal ambiente en torno de la Señora Alcalde Mayor de la Ciudad, se trata de que el Distrito Capital no puede convertirse en un foco de criminalidad cada vez que se presentan marchas, bloqueos y otros actos vandálicos, más aún cuando la amenaza es anunciada.
A la fecha no sea visto un control político sobre el estilo de manejo de la administración pública -previo a futuras situaciones que evidentemente alteraran el orden público-, en la movilidad y seguridad de la capital, no es posible hacer un control político si lo que se pretende es desviar la mirada, o según el caso se es vacilante al momento de hacer cumplir la ley. La seguridad de la ciudadanía no es un tema de “protocolos”, no se puede gobernar y mucho menos cogobernar con un populismo a la carta para quedar bien con todo el mundo o en su defecto incurrir en un estatismo populista que no es más que demagogia para justificar las irresponsabilidades sociales de aquellos que desde lo lejos solo guardan silencios sospechosos, es necesario recordar que las “autoridades están establecidas para protegernos y garantizar que se cumpla la ley” y por ende están obligados a proteger los derechos de los “no marchantes” es decir de los que de verdad trabajan.