Hace un año fundábamos Vanguardia Nacional - CEPC con el propósito de exponer muchas problemáticas de llevar a Colombia a una unidad de destino en lo universal. Pero muchos problemas hay que resolver, y el principal es que la consigna "Defende Colombia" es un grito contra el resurgimiento terrorista del marxismo que es una realidad de más de medio siglo. Y Vanguardia Nacional nació para comprender aún más de fondo la lucha que debemos seguir.
El fracaso de la segunda teoría política con el colapso de la Unión Soviética demostró aún más que el marxismo no tiene cabida como proyecto de Estado. Esta segunda teoría surge como antítesis de la primera teoría (liberalismo), se conoce como el comunismo y el socialismo marxista, en todas sus transformaciones de la crítica izquierdista que en la Academia se conoce como Teoría Crítica.
Si bien, el proyecto marxista en Colombia tuvo otro origen: el Partido Liberal. Cuando inicia la República Liberal en el 30 aparece el Partido Comunista y el Movimiento Revolucionario Liberal en el que pertenecieron algunos de los cabecillas fundadores del M19 y las FARC. En el caso más especial, el de 'Tirofijo'. Esta segunda teoría política tuvo como fin la destrucción del Estado colombiano a través de la Octava Conferencia Nacional de Guerrilleros en 1993, en que la Farcpolítica se convirtió la otra cara de la moneda de la violencia junto con la parapolítica: dos formas narcoterroristas por y para el poder.
Como lo indica Verdad Abierta y el Centro Nacional de Memoria Histórica, entre 1982 a 2013 tan sólo la guerrilla comunista causó 238 masacres. Tanto a niños, madres y campesinos, incluyendo crímenes como descuartizamiento, acceso carnal violento y genocidio. Las FARC igualaron la tercera parte de las masacres de grupos paramilitares, sin contar los grupos guerrilleros armados no identificados que causaron casi 300 masacres teniendo como epicentro a Antioquia.
Muchos movimientos, partidos y líderes trataron de controvertir el proyecto de la segunda teoría política, que desde la doctrina progresista-liberal intentaban ocultar sus fines pro-soviéticos y pro-chavistas. Pero han fracasado al intentar comprender la magnitud del problema que significa el marxismo en el siglo 21.
El mal llamado 'marxismo cultural' y el antipatriotismo es un problema gravísimo para un país fragmentado. Su premisa "la nación es una construcción burguesa" es un virus que debe ser detenido. El terrorismo mediático contra la tradición, el nacionalismo, la sociedad y las Fuerzas Militares es su bandera política que debe ser desafiado. Más que nunca, el marxismo (en su pose liberal) está implícito en la cultura en forma de lucha de clases entre composición familiar, sexual, racial y religioso. El materialismo histórico y el internacionalismo no son más que servidores del globalismo. El problema tiene magnitudes que hasta la misma derecha reaccionaria ha olvidado.
Hace un año, de la mano de Carlos Fernando Rodríguez, fundamos Vanguardia Nacional como promesa supra política de la colombianidad, superando dicotomías políticas pero también trazando un nuevo horizonte de lucha.Vanguardia Nacional hace referencia directa a no defender una doctrina que causó demasiado daño al pueblo colombiano, cuando miserablemente se hacen llamar 'ejército del pueblo'. El marxismo en Colombia representó una ideología de odio al campo, al medio ambiente, a la primera infancia, a la democracia y las minorías étnicas.
Para terminar, el marxismo es una política de odio contra el nacionalismo, por ello debe combatirse en el diálogo, las urnas, la academia, las calles y en las trincheras.
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