Primera escena: El ELN amenaza con tomarse la ciudad de Medellín por su aniversario.
Segunda escena: Mockus es Senador de la República por el linchamiento social y mediático al Consejo Nacional Electoral.
Tercera escena: asesinatos, masacres, ajusticiamientos en todo el país a personas que han estado en labores de líderes sociales.
Título de la película: Colombia, Mafia Salvaje.
Nunca entre las personas afines al bando institucional y las que no, ha habido tanta incertidumbre como la vivida en estos últimos quince días, y contando frente a si el país va a cambiar o no va a cambiar. Y si no cambia, el peligro de 2022 y la toma de los enemigos de la institucionalidad del poder político colombiano, el éxodo laboral, de inversiones y económico, además de las peores caras de ambos lados que empiezan con la violencia de internet y pueden terminar de cualquier manera, son algo que hay que tener en cuenta.
Sobre los asesinatos, hay que esperar esclarecer quienes son los autores, pero con seguridad esos asesinatos están planeados por bandas enemigas, ajustes de cuentas del narcoterrorismo, y por supuesto, los sectores que tienen hambre de sacar su criminalidad a flote reviviendo el mal llamado fenómeno del paramilitarismo, que no es más que terrorismo y asesinato mafioso con tintes políticos, religiosos y de reivindicación (¿?).
Hay una sensación de tusa republicana. En ambos bandos hay desazón. Por diferentes motivos, pero desazón. Solamente Antanas Mockus podía sacar a flote esa burda forma de ser del colombiano. Solamente un país que le rinde culto a la ilegalidad, que tiene como guía moral un personaje que no puede responder por sus facultades mentales ni físicas y que su izquierda tiene que echar mano de las minorías y grupos sociales producto del liberalismo extremo (LGBTI, abortistas, ateos, indiferentes religiosos, indiferentes políticos, drogadictos, etc.) para tener vigencia de discurso, materia prima política y juego en la vida nacional es básicamente repulsivo.
Mockus es la prueba reina de que el cinismo y la doble moral son la carta de ascenso en el empleo público. #SerCínicoPaga.
Y con la baja de sueldos de la famosa "Consulta Anticorrupción", ni ganas de ser empleado público para los nuevos profesionales.
La única solución es trabajar desde lo privado para intentar hacer país, o al menos para no morir de hambre.
@armesto1989
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