¡Por el bien de Colombia que gane Carlos Holmes Trujillo!

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No haré esta columna muy larga, porque otras noticias en este devenir y maremoto noticioso del chisme en elaboración de listas al Congreso, cambia la vigencia de los hechos. No obstante, la necesidad de dejar constancia de mi mensaje es claro en mi actitud combativa contra el peligro latente de que junto a un liberalismo radical de Rionegro trasnochado de las cloacas políticas que desde el principio medraron el samperismo, el santismo y a la sombra del crecimiento personal de Álvaro Uribe Vélez, un proyecto gradual totalitario de izquierda maoista o quien sabe que locura populista política de patente única logre incubar huevos en la maleable sociedad colombiana.

Con sus defectos y virtudes, los partidos tradicionales -Liberal y Conservador- y los partidos con tradición -La ASI, el Partido Comunista, la Unión  Patriótica entrarían en esa categoría-, han construido y representado las diferentes visiones y elementos formadores de la mentalidad social y política del colombiano. El liberalismo en particular, ha sido un bastión de la defensa del derecho a la libre empresa, la propiedad privada y la libertad de expresión y la legalización gradual y desvinculación de la violencia de la rebelión y expresión de inconformidad contra las injusticias laborales, sociales y políticas. Eso es un hecho innegable, siendo yo de formación conservadora, que no hay mayor ejemplo de combatientes, combativos y GUERRILLEROS GUERREROS -fanáticos uribistas pueden desde ya acusarme de comunista, fascista u otro de sus motes- como lo fueron Julio Arboleda y Sergio Arboleda. Por eso, me da verguenza utilizar con criminales y narcos como el ELN y las FARC esos términos honorables. 

¿Quién actualmente representa al liberalismo colombiano y su esencia? Bueno, creo que se dividen entre el uribismo liberal y el oficialismo liberal -es decir los líderes vinculados al Partido Liberal-. Vivianne Morales, Juan Manuel Galán y Sofia Gaviria, así como todos los firmantes de la rebelión contra las espurias medidas de César Gaviria Trujillo; en el Centro Democrático hay tanto liberales radicales e independientes afines al discurso y obra de Gobierno de Álvaro Uribe pasando desde José Obdulio Gaviria, vecino natal e ideológico de Rionegro -nace en La Ceja del Tambo- y de allí al grupo familiar, social y empresarial libral acompañante del precandidato Iván Duque Marquez y llegando hasta el liberalismo independiente, respetuoso de la diferencia, dailogante y propositvo donde llegamos a la cúspide con el doctor Carlos Holmes Trujillo.

Es claro que el uribismo necesita ganar las elecciones, que debe escuchar al país y proponer algo más que una cita de lugares comunes como "castro-chavismo", etc. Que la economía está mal, el campo está todavía en el atraso, la legalidad con grietas. Al ciudadano de a pie poco o nada le importa hablar de condones, angelitos asexuados y sardinas que caminan. Soy católico, creo en Dios, y desde luego que la moral debe acompañar el Gobierno en los Estados cristianos, pero, se necesita aterrizar en el orden terrenal para solucionar los problemas del mundo en el que vivimos. Esa realidad la da el liberalismo que da el valor de cuando y como se debe romper con cadenas, y que muchas veces, el demonio se disfraza de sotana, mitra y hábitos. O si no, vamos a ver el debate de Cartagena del sábado pasado, quienes se fueron juntos en una camioneta negra saliendo del Foro como lo muestra el portal La Silla Vacía.

Carlos Holmes Trujillo representa la decencia, el pragmatismo y saber resolver problemas frente al fanatismo y el grupismo, sabe administrar: lo logro en la Alcaldía Cali, en la Oficina del Alto Comisionado de Paz, en el Ministerior del Interior, como diplomático, como jurista, como defensor de Colombia contra los abusos cometidos en los fallos de La Haya contra Colombia por San Andrés favoreciendo a Nicaragua y en su gestión como director académico en la Universidad del Rosario. Yo -Gracias a Dios- no pertenezco ya al Centro Democrático, pero si me preguntan, VOTO POR CARLOS HOLMES TRUJILLO. Si Oscar Iván Zuluaga lo apoya, es por su lealtad, y ojalá, gane esta próxima elección. Además, después de Bogotá, las ciudades que más amo de Colombia son Santiago de Cali y Armenia, así que obviamente siempre apoyaré a los caleños y cuyabros en cualquier decisión. 

Ojalá los verdaderos liberales no echen esto en saco roto. Ni tampoco acompañar a Natalia Bedoya en su aspiración a la Cámara del Valle del Cauca. La lealtad SIEMPRE MERECE SU RECONOCIMIENTO. 

@armesto1989

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