Hace pocas horas la denominada “Justicia Especial para la Paz” ha decidido reconocer al Partido Comunista Colombiano como víctima del conflicto, concretamente en el macrocaso 06.
De acuerdo a la “JEP”, se investiga puntualmente la “Victimización de miembros de la UP por parte de agentes del Estado”.
No obstante, hay que recordar que el Partido Comunista Colombiano tiene sus inicios en 1930 y en 1964 fundan la organización terrorista y criminal de las FARC.
El partido comunista Colombiano junto al PC3 y al JUCO han sido los responsables del reclutamiento de menores y por tanto del adoctrinamiento en aulas de clase.
Las FARC cuentan desde hace varios años con un brazo político clandestino, el PCCC (Partido Comunista Clandestino Colombiano). Dicho brazo político ha sido el encargado de ejecutar acciones criminales en las principales ciudades del país. Una de las jugadas de las FARC en el Acuerdo de la Habana, fue no comprometerse a delatar y desmovilizar a dicho brazo político. Con esta jugada, aseguraron su presencia y control de algunas zonas en la clandestinidad, de las ciudades más grandes del país.
Igual sucede con el frente Antonio Nariño, comandado por alias Carlos Antonio Lozada, y con presencia en las zonas urbanas del país. De hecho, este frente tuvo una alta injerencia en el atentado al Club el Nogal de hace algunos años. Si bien alias Lozada hoy es congresista y supuestamente está comprometido con la paz, jamás ha delatado, ni entregado a los hombres del mencionado frente, manteniendo el control que, al igual que el PCCC, tiene en las zonas urbanas.