La generación del odio

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Son la generación Z, la que debería estar viviendo una vida de jóvenes y estar en pleno ciclo de su maduración mental,  esa que define la estructura definitiva del ser idóneo ,  fortaleciendo su uso de la razón pero, la seguridad democrática de Álvaro Uribe Vélez, fue tan estable que toda esa calma y libertad que se tuvo en el primer gobierno de  Juan Manuel Santos, se prestó para que  los rezagos de odio y maldad que sobrevivieron a la erradicación del terrorismo de finales los años 90´s e inicio de los años 2000,  se infiltraran en el sistema educativo colombiano,  para echar a perder casi toda una promoción de colombianos, que hoy día están produciendo los frutos de un trabajo silencioso, e invasivo por medio de inyecciones mentales de veneno  y el ámbito fueron los colegios y universidades; entonces gracias a esto, al día de  hoy tenemos solo frágiles crisálidas humanas,  dotadas de cerebros tan programados y trabajados mentalmente, que tienen implantada una culpa posterior a hechos que aún no suceden, para que sientan la necesidad de atribuirse tareas y todo un trabajo que no le corresponde a ellos sino a quienes los instruyeron (adoctrinadores), además  que son quienes recogerán los verdaderos frutos; pero lo mas triste, lo mas injusto es que no saben a ciencia cierta, que ideal defienden.

Les quitaron el derecho a ver para creer, los obligaron indirectamente a asumir responsabilidades que no les tocan y a enfrentar las consecuencias de los crímenes de quienes los manipulan, van por el mundo sin norte, sin sueños, les grabaron la idea de que el veredero ideal de un joven es luchar por su supuesta patria deteriorada, cuando en realidad lo que hacen es destruirla más.

Son maquinas humanas sin ideas, les cercenaron el derecho a elegir, ellos no pudieron escoger y todo ante la mirada confiada de sus padres quienes invirtieron lo mucho o poco que podían para que otros, convirtieran sus hijos en piezas reemplazables. No les garantizaron la tranquilidad de vivir procesos normales y no les han protegido sus vidas; les sirven más muertos que vivos, vivos pueden ser una ficha transformable, en cambio muertos serán un emblema de uso sistemático, y una arma psicológica para atraer a muchos más; no han sabido que es el amor, la doctrina no les dejó un espacio para edificar sentimientos sólidos, porque los necesitan llenos de miedos e inseguridades, para que hagan catarsis en los objetos de odio que les han indicado; los escogieron desde antes de nacer porque necesitaban gente muy joven, con las dos etapas iniciales de su existencia vírgenes, para ser moldeados mentalmente de manera irreversible.

En la inocencia de la infancia y la ignorancia natural de la juventud, porque en la inocencia se imprime y con la ignorancia se acciona, les reafirmaron ser  importantes para el sistema que los contamina y ellos lo creyeron, sin saber que se trata de una importancia  de naturaleza deschable y no humana, les hicieron estar seguros de que lo que piensan es correcto, porque no les importa el ridículo que los tienen haciendo, los tienen amaestrados como animales que se estimulan con snacks de cannabis y esperanzas, e intenciones facilistas a largo plazo, con lo que les dañaron el futuro, porque su destino con toda seguridad es la precariedad; les estimularon un hambre excesivo por lo ajeno y los engañaron diciéndoles que todo les pertenece, les sellaron el cerebro como sellan al ganado para que se atribuyan las responsabilidades, porque les conviene que digan que la culpa no es de quienes los mangonean sino de ellos.

Está generación, del todo no está perdida, pero mientras la vida les da su lección, habremos perdido mucho.

El futuro siempre está en las generaciones venideras y de ellas depende, que lo que estamos viviendo no se repita; de ahora en adelante vamos a estar encima de nuestros hijos, que están en peligro de ser presa de los adoctrinados que desean continuar esa cadena de deseducación y odio, estando encima de que les están enseñando en el colegio, de los amigos  que consiguen, de las redes que usan y de los grupos a los qué pertenecen; no podemos dormirnos viendo cómo Miles de padres sufren las consecuencias de  la tranquilidad y confianza que hemos depositado en al sistema educativo , los hijos son nuestra mayor labor y responsabilidad además la juventud no tiene por qué creer que es merecedora de todo, y que las cosas están puestas para que las tomen, mucho menos que crean que  su mayor objetivo  es tomarse un país y destruirlo para beneficio de sus gestores;  la única responsabilidad de estos jóvenes es crecer y edificarse para ser  idóneos, normales y felices, no para servir de escudo de cualquier guerrilla ignorante y sus descendientes, o de maniáticos con ínfulas presidenciales que han logrado participación política.

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