Estamos ante un momento decisivo para el futuro político de Colombia y nos encontramos ante hechos inesperados y desafiantes de los cuales no tenemos respuesta; primero una tercera crisis sanitaria por el rebrote del COVID, que a su vez conlleva un nuevo reto pues enfrentamos la posibilidad de nuevas cepas y segundo, la tentativa de reforma tributaria, que levantó una expectativa temerosa en el ámbito económico, y un brote de terrorismo que se disfrazó de derecho a la protesta, oportunidad que no desperdició Gustavo Petro para llamar a la descomposición social.
En vista de la polémica que ha surgido ante las actuaciones de Iván Duque, quise escribir por una reflexión que nos permita avanzar.
Un derecho prostituido.
En nuestro país, la protesta está contemplada dentro de los derechos de manifestación, reunión pacífica y libertad de expresión consignados en los artículos 20 y 37 de la Constitución y aquí mismo los voy a escribir:
Artículo 20. Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura.
Ante este planteamiento tenemos claro, que bien efectivo se hace este derecho, por diversos medios entre esos, los virtuales como redes sociales y medios de comunicación además, contamos con espacios que nos hacen mas audibles, que cuando estamos gritando en una calle, si embargo aceptemos que mientras la oposición protesta, alzan su voz y manifiestan sus pensamientos a nivel colectivo a pesar de que hacen aún más efectivo su derecho a usar redes sociales, al nivel de incurrir en el sicariato virtual, porque ellos… son la oposición recordemos que NO RECONOCEN SUS DEBERES… SOLO EXIGEN DERECHOS.
Ahora…
Artículo 37. Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y pacíficamente. Sólo la ley podrá establecer de manera expresa los casos en los cuales se podrá limitar el ejercicio de este derecho.
Pues aquí les cuento que efectivamente nuestro marco jurídico avala la protesta cuando se ha lesionado un bien o un derecho fundamental, y la reforma objeto del caos social que estamos viviendo aun no existe no está en firme y no pasa de ser un simple planteamiento. La pregunta es ¿Por qué están protestando? Luego esto, ya no es protesta, pues al conteo de hoy suma más perjuicios y daños al bien público que beneficios por tanto es terrorismo, y la suma a groso modo por el costo de los daños es invaluable y saldrá del bolsillo del mismos vulnerados. Una belleza.
El voto da derecho a cuestionar
No se puede ser indiferentes ante el hecho de que el jefe de estado, al recibir el país, jamás imaginó enfrentarse a una crisis de salud mundial, como lo es la pandemia por covid-19 y siempre está la posibilidad, de que cada gobierno trae consigo sus encantos y desencantos; ahora, una cosa es no estar de acuerdo con la reforma, lo que ha llevado a algunos sectores a satanizar a los electores de gobierno actual, pero debería ser claro que una cosa es divergir de un aspecto como lo es la reforma y otra no coincidir con el gobierno, al presidente Iván Duque se le eligió a conciencia y así mismo se deben asumir las batallas que vengan con su gobierno aunque existe un temor inminente y gran cantidad de dudas frente a ciertas posibilidades que nacen como consecuencia, de la no grata experiencia con el señor juan Manuel Santos y hacemos uso de nuestro derecho a exigir, que se nos explique y se nos cumpla, estamos totalmente convencidos que siempre nuestro actual gobierno es un oasis, en comparación a lo que estaríamos viviendo con Gustavo Petro.
Un buen desempeño en medio del caos
No olvidemos que Duque recibió el país con altos índices de pobreza, de desempleo y de inseguridad, aparte de que recibió un hueco fiscal sin precedentes, Según el Monitor de Corrupción de Transparencia por Colombia, los sectores de salud y educación estaban seriamente afectados y Colombia ocupando nada más y nada menos, que el sexto lugar en el escalafón de corrupción en América Latina y 96 en el mundo, de las 176 naciones medidas.
Sin embargo, afrontó la pandemia, logrando gestión internacional, aplicando medidas ceñidas al esquema internacional, y logrando una adecuada ejecución y aplicabilidad de medidas que socorrieron el sector empresarial en el momento puntual.
El síndrome de abstinencia por la mermelada.
El gobierno entrante se enfrentaba a una red de apoyo al gobierno de Santos, que había sido capacitada y mal acostumbrada para trabajar por una paz (falsa y duradera), y muestra de eso es lo que estamos viviendo, sectores totalmente en contra del presidente Duque y de sus programas y campañas además de la embestida farandulera, mal acostumbrada al exagerado pago por mal informar el país y entretener mientras se engañaba.
Siempre habrá una visión negativa y un panorama desagradable, hoy confirmo que al gobierno de Iván Duque es imposible verlo con buenos ojos desde cualquier perspectiva, porque está condenado por el eco que lleva a cuestas del gobierno anterior, así haga las cosas bien; desafortunadamente es todo un falso/negativo, que, en medio de tanta censura, ha tenido logros.
Primero que todo hay que ser conscientes de la violencia mediática y cibernética que aporta la oposición, aparte de que este entorno les favorece para aumentar su tamaño respecto al que realmente tienen, con lo cual construyen ecos que duplican el pánico y la angustia, debemos esperar el estudio, la discusión y el debate de dicha reforma y sobre todo su desaprobación, porque si tenemos lógica y cultura, sabemos que es incongruente e injusta informémonos porque también tenemos derechos que nos amparan, y medidas de protección que nos cobijan; reirían todos si supieran que la última alternativa debe ser colapsar el país y destruirlo. Esperemos, que el gobierno accione y fortalezca la fuerza pública, o no lo haga, esperemos que haga uso de sus calidades para mover el aparato judicial en contra del dirigente político de la Colombia humana y demás coadyuvantes en promover un paro terrorista, o que simplemente Petro se salga con la suya como siempre, esperemos que se proteja la materia humana de las inconsistencias e incoherencias de la oposición que adoctrina y mal usa la juventud para promover y defender su descomposición amparada en la paz, la vida y la naturaleza… debemos esperar que como ser humano común y corriente el presidente cometa errores, que nos defraude o que tal vez nos de un alivio y un descanso, también podemos esperar una sorpresa para bien, lo que ya tenemos seguro es que con un gobierno de izquierda con miras mantener el legado castrochavista vamos a estar peor, y sobre todo esperemos una crisis hospitalaria por la inminente propagación del virus en momentos de protesta, esperemos que también culpen al gobierno, esperemos que los tres alcaldes zurdos más desatinados hagan un despliegue de hipocresía, esperemos también que todo pase y que todo se calme, porque la muenda pasa y el trasero queda… tengamos por seguro que un episodio no nos va a propulsar a esa consecuencia que tanto tememos, por que no es el último, y los que vienen tampoco serán iguales; hay que poner el pecho y seguir con la alerta de ojo con el 22, Colombia siempre ha sido el bocado mas preciado del comunismo latinoamericano y ésta, no es la primera, ni la última, ni la peor de las crisis, estaremos de pronto defraudados mas no descerebrados; ¿y el presidente que?... Mejor pensemos en el presidente que necesitamos para el 2022.