Durante décadas se ha identificado que el ser humano es social por naturaleza, su proceso evolutivo le permitió operar los instrumentos de su entorno para cubrir sus necesidades de comunicación y coexistencia y, desde lo cual se desarrollan un sin número de relaciones con el ambiente que terminan desencadenando acciones sociales, generando así, un resultado directo en el individuo y en su sociedad.
Así pues, como lo menciono anteriormente, el desarrollo humano depende del medio donde crece, como lo identificó Locke “La mente es como una hoja en blanco que se va llenando con datos provenientes de la experiencia”, experiencia que nos brinda el entorno social del que hacemos parte, iniciando por la familia, primera sociedad a la que estamos expuesto y de la que depende en gran parte nuestro conocimiento y el lenguaje a través del cual definimos el mundo. Sin embargo, ¿es el lenguaje construcción social adecuada en la nueva era de la información?
Por supuesto, ya que dependemos de la capacidad de comunicarnos para estar en contacto con el mundo que nos rodea, adheridos a un sin número de herramientas para transmitir dicha información. Desde su adquisición se establece una relación social; retomando las palabras de Chomsky, la experiencia lingüística de un infante es lo que le brinda la oportunidad de expresarse. Dicho en otras palabras, lo que un niño escucha será la información que él procese para construir su conocimiento y pensamiento. Aquí, ya tenemos elementos abiertos que nos hace centrar la atención frente al peligro de los mensajes a los que estos están expuestos y a lo que yo añadiría que no solamente quienes se consideran “menores de edad”.
Por otro lado, es importante mencionar que las personas poseen capacidades innatas que ayudan a la adquisición del lenguaje, en donde la solución de problemas permite fijar parámetros y principios del lenguaje para establecer conductas. Y, es que a este punto quiero llegar, dado que analizando comportamientos sociales de individuos a los que se les considera líderes (por poseer capacidades para serlo dentro de un grupo) pareciera que, durante esta formación se saltaron varios pasos y, no pueden asumir su rol sino guardados detrás de una pantalla donde su capacidad máxima de producción lingüística se da en un ataque ad hominem de 140 caracteres.
Ahora bien, nos encontramos dentro de un tiempo donde la velocidad de información nos exige a niveles altísimos poder brindar mensajes verídicos, dado que para poder confirmarlos solamente contamos con un par de segundos, antes de que las tendencias cambien el mismo. Por tanto, es lamentable ver que se haya dejado de lado la investigación para poder cumplir con la inmediatez y el sensacionalismo que como resultado, dará la ganancia de un par de seguidores y un mensaje que en cadena, producirá más ignorancia.
Además, resalto que dentro de las diferentes concepciones del lenguaje y su adquisición, cada individuo desempeñará un papel constructivo dentro de la sociedad. Bueno, si bien se tienen normas sociales en “el mundo real” enmarcadas dentro de los contratos sociales, en el mundo digital es importante cumplir con códigos de comportamiento, como la Netiqueta: buena educación, buena escritura, basarse en fuentes verídicas, respetar la privacidad, entre otras normas.
Finalmente me parece que es importante escribir sobre este aspecto que con la inmersión de los medios sociales, ya está adherido a cada uno de nosotros, pero que se ha vuelto tan cotidiano, que pasamos de largo la importancia que el lenguaje en la construcción y transmisión del mensaje tiene. Sabemos que, a través de la manifestación del lenguaje oral, escrito o gestual se puede crear y fortalecer las relaciones sociales que mantienen comunidades enteras, gracias a las cuales se dio la expansión de la especie humana, y, aunque “somos seres biológicamente dispuestos a adaptarnos al ambiente que nos rodea, dotados de un sorprendente cerebro que nos permite reflexionar y transmitir a otros las experiencias que tenemos cuando respondemos a los estímulos que nos presenta el diario vivir”, la tecnología y el estar “distanciados por una pantalla” no nos puede alejar de los valores y buena conducta que debemos manejar, somos seres humanos y a ti, que estás leyendo este mensaje a través de tu celular o computadora, te invito a que no caigamos en el juego de trinos o publicaciones apelados a la grosería, desinformación y hasta criminalización.