A inicios de este año, la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadísticas de Fútbol), indicó en su ranking de las mejores ligas del mundo en el año, que la Liga Colombiana de Fútbol se ubicaba en el puesto quinto, siendo la segunda de nuestro continente por detrás, únicamente, de la liga brasileña.
Análisis Deportivo por: Miguel Hernández @miguelpregonero
Tras el orden y la gran sorpresa de la Liga Colombiana en tan alto puesto en el listado, la pregunta es sí realmente se merece tal reconocimiento, pues para nadie es un secreto, el mal momento que pasa el fútbol nacional en muchos sentidos, ya que actualmente, otras ligas de nuestro continente lucen en mejores condiciones deportivas y en representación internacional.
Hace dos semanas, se terminó la fase de grupos del torneo de clubes más importante de América del Sur, La Copa Libertadores, donde los tres equipos colombianos que la estaban disputando (América, Medellín y Junior), quedaron eliminados y sólo uno (Junior) pudo clasificar de tercero en su grupo y lograr así, cupo a la Copa Sudamericana.
Para estos octavos de final de la Copa Libertadores, Brasil tiene presencia con seis equipos; Argentina y Ecuador, tienen aún tres equipos en competencia; Paraguay con dos clubes, y finalmente, Uruguay y Bolivia, con un representante cada país. Es increíble que desde el año 2016, donde Atlético Nacional fue campeón de esta copa, Colombia no ha llevado a ningún equipo a instancias definitivas como cuartos de final, semifinal o final.
Siguiendo con el mal rendimiento, para la segunda ronda de la Copa Sudamericana, con su nuevo formato para este año, Colombia llegaba con cinco representantes que buscarían un paso a los octavos de final; algo que no se lograría, pues en primer lugar, el Deportes Tolima, primero en la Liga Colombiana, fue eliminado por Unión La Calera, equipo chileno, tras recibir gol de visitante, en lo que fueron dos empates en la ida y vuelta.
Eliminado Tolima, el equipo que supuestamente está jugando mejor fútbol en el país, las opciones para los demás eran menores, por eso, Atlético Nacional, que pasa una crisis deportiva interna, por la destitución del cargo a su técnico, Juan Carlos Osorio, llegaba a Uruguay con pocas opciones a enfrentar a River Plate, equipo que sin mucho trabajo, le marcó tres goles en casa y eliminó al club paisa, lo que llevó a la directiva a también destituir al técnico transitorio, Pompilio Páez.
Otros dos equipos colombianos que tenían opciones de clasificar a los octavos, eran Millonarios y Deportivo Cali, quienes con tan mala suerte se tuvieron que enfrentar entre ellos, logrando llevar el onceavo de la tabla (Millonarios) a instancias definitivas de penales, al tercero (Cali) de liga nacional, donde el equipo azucarero se quedó con el paso a la siguiente fase de la Copa sudamericana.
El último que disputó su clasificación fue el Junior de Barranquilla, que tras ser eliminado de la Libertadores, llegaba con ímpetus de revancha a Sudamericana, donde enfrentó a Plaza Colonia, equipo uruguayo, y con la mínima ventaja que sacó de visita, logró clasificar con un cero a cero en casa. Así las cosas, de cuatro plazas posibles para los octavos de final, sólo habrán dos equipos representando al país en esta instancia, lo que demuestra el bajo nivel actual del los clubes colombianos.
Y es que cómo se va a tener un buen fútbol que genere resultados, si es evidente, que acá se sobrepone lo económico a lo deportivo, ya que, primero, no hay el suficiente apoyo del Gobierno para el crecimiento del deporte en sí; y segundo, cada vez que sale un buen jugador, lo primero en que se piensa es en venderlo y no en mantenerlo e invertirle en su crecimiento, logrando así, que la liga fuera más competitiva.
Sólo algunos clubes en el país invierten en sus inferiores, al fútbol colombiano, no le gusta invertir en la cantera, prefieren pagar jugadores ya formados, o inclusive, en el declive de sus carreras, que invertir en divisiones menores. Pero esto, no sólo es culpa de los equipos, en la Difutbol (División Aficionada del Fútbol Colombiano), se juega en condiciones precarias, donde ni siquiera a los futbolistas se les trata como deportistas de alto rendimiento.
Por el lado deportivo, el fútbol colombiano es cada vez más irregular, los equipos considerados grandes, juegan bien un partido y a la siguiente fecha, pierden contra el colero, ya que no tienen un rendimiento constante. De los 20 equipos, sólo cinco han logrado más del cincuenta porciento de los puntos posibles a la fecha y a falta de tres partidos para los cuadrangulares, siete equipos luchan por tres cupos en los ocho clasificados.
Lo que demuestra que equipos con gran inversión en sus nóminas, son derrotados por equipos que carecen de recursos económicos y talento humano. Por esto y mucho más, es urgente una reforma al fútbol colombiano, ya mencionada por algunos clubes “grandes” del país, donde los deportistas sean más valorados, y donde desde las categorías infantiles y juveniles, se les trate y prepare como futbolistas profesionales y no como deportistas aficionados. Si se fortalecen las bases, los resultados empezarán a cambiar.