El reciente encuentro verbal sucedido entre los congresistas Alfredo Ramos y Claudia López, plantea para la opinión pública un desencuentro con sus respectivos líderes, mientras que a su vez está cargado de desconocimiento fáctico acerca de los antecedentes de los progenitores de Alfredo Ramos y Claudia López.

El reciente encuentro verbal sucedido entre los congresistas Alfredo Ramos y Claudia López, plantea para la opinión pública un desencuentro con sus respectivos líderes, mientras que a su vez está cargado de desconocimiento fáctico acerca de los antecedentes de los progenitores de Alfredo Ramos y Claudia López.

En concreto, en el caso de Alfredo Ramos, su padre ejerció durante años la política sin haber sido acusado a lo largo de décadas de vida pública de ninguna actividad que hubiese extralimitado el ejercicio de sus funciones. Así mismo, las investigaciones por lo que se denominan “parapolítica”, no lo involucran en ninguna actividad criminal, o en algún tipo de militancia, sino que parten de un supuesto respaldo de una organización criminal.

En Colombia, por décadas las FARC, el M19, el ELN, los paramilitares u otras bandas terroristas han mostrado preferencia por candidatos sin que ello implique ningún tipo de imputabilidad sobre los candidatos. Este escenario sin embargo ha dado lugar para que la congresista López, en un proceso que aún no ha definido cargos contra Ramos, haya hecho política durante muchos años.

El caso de la congresista López, sin embargo, es distinto. En concreto, a diferencia de Ramos y su padre investigado por haber recibido apoyo, la madre de López sí estuvo incursa en la comisión de delitos configurados por su militancia en el grupo narcoterrorista del M19. Así, durante la época en la que el grupo criminal realizaba actividades clandestinas en Colombia, ni siquiera su hija, Claudia, conocía de la militancia encubierta que realizaba activamente su madre.

La declaración, adicionalmente, fue directamente confirmada por ella en una publicación de CROMOS, fechada el 9 de Mayo del 2017, donde la madre de López, confiesa que al conocer la cercanía de la hija con el desmovilizado grupo narcocriminal M19, ella tomó la decisión de “confesar su militancia” en la organización terrorista.

En sus propias palabras:

“Un día me dijo que le gustaban las juventudes Liberales, pero después me anuncio que se quedaba con la alianza M19. Solo en ese momento le confesé mi militancia en el M19, yo quería que ella eligiera sola”.

La declaración de la madre de López, pone en blanco y negro la discusión sobre los progenitores de los dos congresistas. En concreto, conforme a las pruebas actuales, solo fue ella quien militó abiertamente en un grupo terrorista, hizo parte de este en la clandestinidad, conservó con discreción su actuar por fuera de la ley frente a su propia hija, y posteriormente se benefició con el lavado de cara del grupo terrorista ante la opinión pública.