Después de Turquía es Colombia el país que más refugiados ha recibido en el mundo. Según la última infografía de Migración Colombia, corte 31 de marzo 2020, hay 1.809.873 venezolanos en el país. La ola migratoria es un gran reto para los países receptores de la región por su fuerte impacto en la economía, en el sector educativo y en la salud. También ha afectado la seguridad nacional y continental.
La causa de esta gran ola de migración es la política fracasada de una narco-dictadura socialista que no garantiza los derechos básicos de su población. Sin embargo, a pesar de la catastrófica situación socioeconómica, se trata de una dictadura muy estable que a su vez desestabiliza la región entera.
La politóloga estadounidense Kelly Greenhill publicó en el año 2010 el libro Armas de Migración Masiva (ingl. Weapons of Mass Migration). En este libro explica como naciones a lo largo de la historia han instrumentalizado la migración para lograr sus objetivos (geo)políticos. Menciona diferentes casos como el Éxodo del Mariel impulsado en su momento por el gobierno de Cuba para afectar a los Estados Unidos.
El éxodo masivo de los venezolanos que se ha intensificado en los últimos años beneficia al régimen venezolano mientras que desafía a los países receptores como Brasil, Perú, Ecuador, y sobre todo Colombia. A mediano o largo plazo, es posible que un país receptor también pueda sacar provecho de una ola migratoria, eso depende del manejo de su gobierno y de la sociedad, pero al principio de una crisis migratoria siempre existen grandes retos y problemas.
Hoy ya hay 4.7 millones de venezolanos que viven en el extranjero, según cifras de ACNUR. En muchos casos se trata de familias que solo quieren sobrevivir y lo poco que les queda lo mandan a familiares en Venezuela. Eso le genera un alivio al régimen chavista por dos vías. Por un lado, no se tiene que encargar más de garantizarle los derechos básicos a sus ciudadanos en el exterior, por otro lado, baja la presión interna cuando aumenta el número de venezolanos que reciben dinero por sus familiares del exterior, eso se frena por lo menos un poco los reclamos hacia el gobierno.
Si bien es cierto que la mayoría de los migrantes solo busca sobrevivir, hay también unos pequeños grupos patrocinados por el régimen chavista para fomentar conflictos políticos en los países receptores que rechazan a Maduro.
En Bolivia tuvieron que expulsar a venezolanos que se infiltraron en las protestas a favor de Evo Morales, en Colombia también hubo casos similares alrededor del paro nacional del 21 de noviembre 2019 cuando Migración Colombia deportó a varios venezolanos que planeaban atentar contra el orden público. En Chile y Ecuador también se vieron casos prácticamente idénticos.
Otro aspecto que desestabiliza la región es el narcotráfico en el cual el régimen de Maduro juega un papel importante a nivel internacional. El apoyo a grupos armados ilegales y partidos políticos antidemocráticos también representan amenazas adicionales que no pueden ser subestimadas.
La comunidad internacional debe prestarle más atención a la crisis venezolana que ya se está convirtiendo en una crisis continental que perjudica a la democracia y a los derechos humanos.