Mientras me preparo psicológicamente para dentro de exactamente quince días, serán las elecciones al Congreso y las consultas de Coaliciones de izquierda y derechas, a punta de vallenatos de Los Gigantes, entonando con los días lluviosos y oscuros que ha tenido la ciudad de Bogotá. Mis otras dos tierras literarias Quindío y Córdoba, listas y con una fuerte puja electoral en medio de lo de siempre: escándalos, amenazas, abusos de poder con los empleados y contratistas del Estado...la sal de las heridas que hacen los medios de comunicación hegemónicos no es por un dolor de corazón o de Patria, es una respuesta natural para ambientar quedar bien con el próximo patrón del Palacio de Nariño y la silla maloliente, vieja y vetusta del Solio de Bolívar.
Me despierto en la localidad de Suba, una de las de mayor electorado uribista en Bogotá, y también un bastión histórico de la extrema izquierda en todos sus olores, colores y sabores. Llena de vallas, carteles y seguidores repentinos en el comercio ambulante y las fuerzas del orden del candidato naranja oficial del Centro Democrático. Nuestros paises son muy visuales: compramos una mantequilla por las piernas de la promotora, votamos por razones cosméticas y ni sabemos de programas. La Economía Naranja, remedo de teoría macroeconómica que no llega ni a modelo económico, será un fortín clientelista esté o no en el poder su coautor. Y como siempre, las carreras que si sirven para algo como la ciencias básicas, puras, ingeniería, las aplicaciones de la química, la psicología, neurociencias y los avances de la medicina humana y veterinaria son y serán las cenicientas del presupuesto nacional.
La industria de las artes y el entretenimiento tampoco saldrá bien librada. La censura, el ideologismo de su sectro sindical que limita todo a los actores y gestores, sin saber que mientras menos empresarios prósperos menos empleo, serán las víctimas del clientelismo y los gustos del futuro Presidente. Públicamente ha dicho que le encanta el programa La Voz Kids de Caracol Televisión y que ese sería su modelo de formación artística; que le indigna que el grupo de danza cabaret Delirio de la ciudad de Cali no aparezca como grupo de investigación en Colciencias -de por sí las artes no son tomadas en cuenta como investigación cientíica, salvo que sean trabajos teóricos desde las ciencias sociales-. Otras forma de teatro, la academia clásica y la disciplina formativa del teatro, la danza y las artes escénicas clásicas y contemporaneas serán un cero a la izquierda. Economía naranja igual clientelismo y más de lo mismo.
El naranjismo no solo tiene sede en Colombia, no nos olvidemos que en 2016 durante la crisis de Gobierno que dio con la elección de Mariano Rajoy en la Presidencia de España, Albert Rivera del partido Ciudadanos, que ha sido pintado por los medios como el renovador de la política, estuvo como invitado en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. ¿Por qué un candidato perdedor de antemano estaba como conferencista en la cita mundial de los dueños del mundo? Preparando el camino. El naranjismo no es lo que pintan los enemigos acérrimos de Duque, ni tampoco es tan pequeño para reducirlo a una facción del uribismo. El multipartidismo holandés es de color naranja, que pregona la muerte de las ideologías y usar los partidos para que grupos de amigos supuestamente defiendan causas universalmente buenas -o eso nos hacen creer-, para que grupos de amigos jóvenes dominen todos los partidos. Todo cambia para que nada cambie.
Ivan Duque no es el genio del mal ni la ficha de Soros que muchos dicen. La cabeza no le da para tanto, ni para el bien ni el mal, su círculo, financiadores y corte de lagartos si saben para donde van. Y los mismos que abusaron del poder y untaron a Uribe con sus malos actos en sus gobiernos, hoy promueven a Duque como salvación, mañana se desharán de el como un objeto molesto, o promoverán otro que realmente sea la ficha.
La lucha por la institucionalida de Colombia no es para estos tres meses, es para cuatro años más, o incluso ocho. La vigencia de las FARC en el Congreso es el inicio, y aquí, debemos decidir que hacer. Ganarle a las FARC, a Petro o a VArgas Lleras, pero también a quienes se sentaron en el No a negociarlo.
El primer paso es votar por Alejandro Ordoñez en la consulta de dentro de quince días, con el ánimo de derrotar en las urnas la nueva venta del No.
@armesto1989
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En los próximos días estaré definiendo mi futuro político para las elecciones de 2019. No le dejaremos ni a las FARC ni al naranjismo el camino libre para destruir lo que queda de Colombia.