De abogado del Diablo: defendiendo a “Kika Nieto”

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Para quienes no sepan quién es Kika Nieto o el escándalo acerca de su postura sobre la homosexualidad, les dejo el link de los videos de Kika y Las Igualadas al final del texto. Comienzo esta columna con una aclaración: Kika Nieto se equivocó. Bajo ninguna circunstancia era correcto intimidar a “Las Igualadas” con un proceso judicial para limpiar su nombre. Y si bien hay apartados de Las Igualadas que descontextualizan o demeritan las palabras de Kika en su video y posterior disculpa, el primer paso no debe ser una disputa jurídica, sino argumentativa. Siendo así, quisiera retomar esa disputa que Kika no quiso o pudo dar con Las Igualadas. A continuación, procederé a criticar algunas afirmaciones que hizo Las Igualadas en su video de respuesta a Kika Nieto. 1. “Kika Nieto odia a los gays y lesbianas así diga lo contrario” En ninguno de los apartados del video inicial de Kika Nieto, ni en el video subsecuente pidiendo disculpas, la youtuber dice que es homofóbica. Por el contrario, ella repite en diversas ocasiones, en especial en su disculpa, que lamenta que el uso de la palabra “tolerar” haya herido a la comunidad LGBTYQ. Las Igualadas dice que la palabra tolerar es sinónimo de un “me los aguanto” o “los soporto con paciencia”. En su disculpa Kika es clara: lo que realmente describía mejor su opinión era la palabra “respetar” y, dado que tolerar se define como el respeto a ideas o prácticas diferentes a las propias, esta última igual era admisible. Ello significa que la idea de tolerancia como discriminación de lo “anormal” que proponen Las Igualadas no es la usada por Kika y, por tanto, caen en una falacia por anfibología. Teniendo esto en cuenta, el título del vídeo pierde sentido y se vuelve calumnia. 2. “Está diciendo que cualquier persona que no quepa en ese molde no es natural” La pregunta que respondió Kika sobre las personas LGBTYQ fue en función de su creencia religiosa y no de su papel como influenciadora o ciudadana. Todas las religiones judeocristianas consideran que la homosexualidad no es natural, en eso estamos de acuerdo. Pero no reconocer que el desarrollo de estas religiones ha flexibilizado su postura frente a la comunidad gay es desinformar. No es el hecho de ser homosexual lo que se condena, sino los actos sexuales de estos. En las religiones judeocristianas el sexo está reservado para parejas heterosexuales, pues, según la biblia, la mujer fue creada como complemento del hombre y, por ello, la Iglesia solo puede aprobar la consumación del amor de una pareja heterosexual. No es ser homosexual, sino el acto sexual entre dos personas de un mismo sexo lo que es considerado como pecado. Al mismo tiempo, es el deber de todo miembro de estas religiones amar al prójimo sin juzgarlo y respetar el libre albedrío de las personas. Esto es importante porque, aunque para estas religiones no sea natural o correcto consumar una relación homosexual, acto ejecutado en el marco del libre albedrío, toda persona está llamada a amar al prójimo independiente de si es o no un pecador y eso implica no juzgarlo. Ello implica no discriminarlo. La forma en la que Las Igualadas aborda el tema es, en últimas, un intento por capitalizar un escándalo para reforzar ideas equivocadas acerca de las tradiciones judeocristianas. Es legítimo pensar diferente y creer que la forma en la que viven las demás personas no es adecuada para mí –ni para nadie–. Eso no me hace un discriminador. Desde que mis actos no socaven las libertades de nadie, puedo pensar lo que se me venga en gana. Y les cuento un secreto: eso es lo que hace Las Igualadas: decirles a las personas cómo deben vivir en función de motivaciones éticas en pro de la lucha contra la discriminación sexual y de género. Después de hablar sobre la tolerancia, Kika reitera que su religión la llama a amar a todos por igual, sean o no parte de la comunidad LGBTYQ. No mostrar este apartado es tergiversar el mensaje de la influenciadora. Lo que hay detrás de esto es que, a pesar de que su sistema de creencias considera que la homosexualidad no es deseable, su opinión –o la de cualquiera– no puede interferir en su relación con las personas de la comunidad gay, ni discriminarlas de ninguna forma. La cuestión es que uno solo puede responsabilizar a las personas por lo que hacen “en el mundo terrenal”, no por lo que piensen que pasará después en “el Cielo”. Nadie está obligando tampoco a la comunidad gay a ser cristiana o católica para hacerlos sentir anormales. 3. “Aunque Nieto dice que los tolera la verdad es que mucha gente como ella cree que no podemos aceptarlos”. De la nada, Las Igualadas pasaron de decir que Kika Nieto no solo se aguanta a los gays, sino que no los acepta. El paso argumentativo es bien pobre pues, como se explicó en el primer apartado de esta columna, Kika y Las Igualadas entienden cosas totalmente diferentes por tolerar. Pero aquí el argumento va más allá: partiendo de la falacia ya mencionada, agrupan a Nieto dentro de una gente que no puede aceptar a los gays e insinúa que hace parte de un grupo de personas dispuestas a discriminar activamente a la comunidad LGBTYQ. El error argumentativo es equiparar tres grupos de personas: unos que no consideran la homosexualidad como algo deseable, pero que respetan y defienden la posibilidad de que vivan su vida como les plazca –donde parece pertenecer Kika–; otros que creen que la homosexualidad es indeseable y no están de acuerdo con que vivan su vida de esa manera; y otros que están dispuestos a cometer delitos para discriminar a los homosexuales. Meter a todo el mundo en un mismo saco es contraproducente en la misma lucha por la igualdad, pues con los dos primeros grupos se puede trabajar, pero con el último no –uno no discute con la ilegalidad, está mal y punto–. Si se equiparan, todos los grupos se vuelven un solo colectivo con el que debemos “luchar”. Eso es un acto discriminatorio, pues de entrada se cierra el dialogo y la posibilidad de que las personas piensen como les dé la gana siempre que no violen los derechos de los demás. 4. “De la discriminación tolerada a la violencia hay solo un paso” Estamos de acuerdo. Sin embargo, el paso es bien grande. Un mal ejemplo: entre querer matar a alguien y realmente hacerlo hay un paso gigantesco. Y es un mal ejemplo, porque no es cierto que todas las personas que piensan como Kika caminan con ideas asesinas de cómo violentar gays. No es mi intensión minimizar la violencia y discriminación sistemática que describe con claridad Las Igualadas. El punto es que, aunque los discursos de Kika y personas realmente homofóbicas puedan parecer similares, las diferentes posturas no son “niveles” o “pasos” de una misma cosa, sino que se trata de pensamientos radicalmente diferentes en su forma y fondo. Es como acusar a todo musulmán de terrorista. Una reflexión final. Para llegar a la igualdad que tanto merece y reclama la comunidad LGBTYQ, tenemos que tender puentes. No estoy de acuerdo con Kika Nieto y creo que su visión no corresponde al deber ser: no solo se trata de respetar los derechos de la comunidad gay, sino de hacer parte activa de un mundo sin discriminación. Y aclaro: no todos tienen que hacer parte de la lucha entendida como movimiento organizado, pero sí como actitud cotidiana de no tolerancia a la discriminación por orientación sexual o identidad de género. Sin embargo, negar la existencia de posturas legítimas diversas mediante su agrupación en discursos satanizados cierra el dialogo, aleja adeptos a la causa y, como bien lo dice Nieto, crea una pared entre el mensajero y su interlocutor. ¿No fue esa una de las razones para que se creara el término LGBTYQ? Video inicial de Kika Nieto: https://www.youtube.com/watch?v=AT1sB5X3ASk Video de disculpas de Kika Nieto: https://www.youtube.com/watch?v=KKVkJfgh6RY Video de Las Igualadas: https://www.youtube.com/watch?v=D0yIzqiBzaA&t=241s
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