"¡Nadie se engañe! Si alguno entre vosotros se cree sabio según este mundo, hágase necio, para llegar a ser sabio"
Santa Biblia, 1 Corintios, capítulo 3, verso 18.
"El más grave de todos los ´pecados´ es el autoengaño"
Aliester Crowley escritor, poeta, pintor y mago ceremonial inglés (1875-1947)
"Nunca hubo una muerte más anunciada..."
"(...) Es que murió sin entender su muerte"
Frases del libro "Crónica de una muerte anunciada" de Gabriel García Marquez (1981)
La solidaridad es un valor ético universal muy escaso hoy en día -valor laico fundamental hablando en el tono desabrido, ateo y pseudo intelectual del Presidente Duque-, y tal vez esa es la cosa más compleja de la política occidental, que muchos juristas dicen que al igual que el Derecho anda tienen que ver con la ética, entendida esta como estudio y disciplina filosófica de los valores de las relaciones humanas. Por esa razón, muchas personas dicen que es tonto buscar que los políticos y las organizaciones políticas tengan debates sobre la separación del Derecho y la Política de la Ética. Yo aquí no voy a hacer de Santo Tomás de Aquino -el gran interprete, reformador y Doctor de la Iglesia- interprete magistral de Aristóteles, sino del médico que le dice a los familiares que su enfermo se murió, con esa mezcla de clasismo, asco por el otro, condescendencia y frustración.
El martirio, es definido como el sufrimiento voluntario de hechos y sucesos de carácter inevitable. Dicen tanto los estóicos como los estudiosos de la Iglesia primitiva, que el martirio es un paso necesario para la evolución del espíritu y la consolidación de los valores. Pero, ¿cuantos martírios habrá de soportar la ciudad de Bogotá para tener alcaldes que sirvan para algo que no sea robar o usar los medios públicos para descargar su ego?
Mañana, habrá un ritual de canibalismo...de canibalismo político que se celebrará en la Sede Nacional del Centro Democrático, ubicada a pocos metros del edificio de Caracol Radio -según testimonios que hace años me dijeron ciertas personas de Juventudes y empleados bajo la Presidencia del Partido por el doctor Oscar Iván Zuluaga caían muñecos de brujerías y extraños mensajes de correo y paquetes con cosas horribles en los primeros años de la sede actual-. ¿Cuál es el menú? Sería una pregunta hecha por Hannibal Lecter o por la Drew Barrymore en su papel de Santa Clarita Diet en Netflix. Por desgracia, en esta hecatombe -que en su significado original es sacrificio y no tragedia- las hojas de vida profesionales y valiosas del concejal de Bogotá, empresario y ex director de Acción Social y Bienestar Familiar Diego Molano Aponte y la conceja y ejecutiva bancaria Ángela Garzón, sacrificando posiblemente su vida política por no someterse al unanimismo y fanatismo que reina en el partido de Gobierno.
¿Quienes son los comensales? Las élites bogotanas que siempre odiaron a Uribe y en general a los presidentes que no cuadran con sus inereses ni son racialmente como ellos. Los descendientes de los mismos que atacaron a Bolívar -soy antibolivariano-, al general José María Melo, a Tomás Cipriano de Mosquera, al general Juan José Nieto -antepasado directo de Natalia Ponce de León-, a Rafael Núñez, a Rafael Uribe Uribe, a Carlos E. Restrepo, a Gaitan, a Rojas Pinilla y a Uribe. Esas élites, que junto con la izquierda liberal uribista montaron a Juan Manuel Santos e Iván Duque para darle sabor rancio al movimiento que logró darle nueva vida a Colombia, repeler el comunismo en América Latina y destruir el dominio mafioso de los dos partidos tradicionales que por más de cien años dominaron el país sembrando guerras, corrupción y engendrando el comunismo desde el embrión hasta las guerrillas marxistas y el narcotráfico.
En ese banquete que incluye candidatos o precandidatos impúberes al Concejo y las Juntas Administradoras Locales para ediles, que confiaron en que en el uribismo existe la democracia interna. Como diría una canción de Carlos Palacio PA-LA: "la guerrilla celebran, los paras también, hay humo blanco en Palacio", así, comen perdices, los Legionarios de Cristo, la Orden de Malta, el Opus Dei, y sectores de sus supuestos enemigos como cristianos evangélicos fundamentalistas lo suficiente como para estar del lado del poder: el MIRA, los quemados en elecciones pasadas y los gregarios del Partido Conservador que no respetan ni acatan a su Directorio de Bogotá con 15 días de fundado...Una escena digna de una fusión entre la película Los rituales satánicos de Drácula (1973) con una novela de mafiosos de Gustavo Bolívar con música urbana de Medellín como telón...los temás varían desde el matrimonio homosexual, el machismo, la legalización del negocio de la droga -el sueño del tío de su mentor y ex jefe Álvaro Gómez Hurtado-.
Como conclusión , lo más trsite es que como carroñeros, comerán las entrañas del águila de Carlos V de nuestro escudo de la ciudad, dividiendo la ciudad entre candidatos para abrirle camino o a un gobierno totalitario de las elites bogotanas en cotubernio con las caldenses a aprovehcharse de la ciudad en una óptica represeiva y continuista de los desaciertos de Peñalosa y desbaratando sus aciertos, o en el peor de los casos, preparando el regreso al poder con la izquierda de Navarro y la presidencia de Claudia López en 2022...en fin, la debacle de la capital...
A Santa Fe la han asolado varios terremotos desde 1538 años de su fundación, pero ahora sí, el empujón de la cornisa, hará que la ciudad se hunda en los profundos Hoyos de la decadencia, la falta de identidad y la pobreza económica y espiritual.
Por ahora, resistir, votar, comer y morir..o huir al exilio a la Sabana mientras el nuevo Conde Vlad Tepes V, deja la ciudad como sus apellidos...
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