La noticia de la creación de 15 peajes más en las carreteras del país ha sido un punto adicional en las críticas de diversos sectores sociales a las políticas económicas del Gobierno Nacional y se añade el anuncio del Instituto Nacional de Vías INVIAS, que a partir del 16 de enero se realizará un ajuste al precio de 34 puntos de peajes por el 5.64% a su precio habitual cobrado de acuerdo al tipo de vehículo.
Como en todos los temas económicos lo más valioso es la información para llegar a comprender hasta donde llega la certeza de nuestras apreciaciones sobre un fenómeno, y los peajes no son la excepción.
Tabla de nuevos costos de peajes 2022. Fuente Diario La República/Ministerio de Transporte
En la naturaleza humana está la economía, en el ADN social. Nos gusta pagar lo menos posible por lo fundamental en el desarrollo de nuestras vidas y eso incluye los viajes, ya sean de trabajo o de diversión.
Y que gran parte del dinero destinado a los viajes por carretera se vaya entre peajes y combustibles, sobre todo en un trayecto largo, verbi gracia, Bogotá-Cartagena o Medellín-Coveñas, es algo que a cualquiera si no le molesta, al menos lo preocupa.
Sin embargo, el sentido común nos dice que el negocio de la construcción de carreteras, vías férreas y en general infraestructura vial casi siempre para su elaboración, desarrollo, funcionamiento y mantenimiento sea asumido con riesgo de los privados mediante alianzas público-privadas (APP) o por su propia iniciativa, dado que el Estado muy pocas veces cuenta con recursos tan cuantiosos para el desarrollo de las obras. Y, como toda inversión privada, necesita recuperar y adquirir una rentabilidad.
El debate no ha sido nuevo desde el comienzo de la actual administración, no solamente en la queja constante cada año por las ya mencionadas alzas de precios sino en las posibles soluciones.
Esto lo reseñó el diario El Tiempo en la edición del 6 de septiembre de 2018 (Enlace virtual: https://www.eltiempo.com/economia/sectores/como-se-esta-manejando-el-tema-de-los-peajes-en-colombia-409656 ):
“(…) El senador Londoño, le dijo a EL TIEMPO que es urgente hacer una revisión y reajuste de precios de acuerdo a la calidad de las vías, y ante la concentración de peajes aseguró que es necesario hacer un estudio de cuántos y cada cuántos kilómetros deben instalarse.
Así mismo, su colega, la senadora María del Rosario Guerra, quien ya había hecho un debate similar hace unos dos años insistió en la necesidad de crear una política pública de peajes, punto en el cual según ella estuvieron de acuerdo los representantes del gobierno en el debate, entre ellos, del Ministerio de Transporte, Invías y la Agencia Nacional de Infraestructura.
“Necesitamos esa política pública. No puede ser que dependiendo de cada concesión se fijen las tarifas de los peajes”, dijo. Agregó que el costo del peaje debe tener relación directa con la calidad de la infraestructura y el tipo de transporte y que estos deben estar a una distancia mínima de 50 kilómetros uno de otro.
Por último, la Comisión de Ordenamiento Territorial le pidió al gobierno priorizar la implementación de los peajes electrónicos, y regular y controlar con mayor atención las alzas en los valores de los peajes”
Lamentablemente vemos, que pese a la buena gestión institucional en el sector vial y de movilidad, muchas de estas iniciativas corresponderán al siguiente Gobierno, ya que, por la pandemia, las contingencias de orden público y prioridades de la agenda del ejecutivo, muchos proyectos importantes, pero no urgentes, simplemente se ejecutaron a medias o simplemente no se realizaron.
Algo que poco se conoce es que parte del importe pagado en los peajes del país, es administrado por la Agencia Nacional de Infraestructura-ANI para el desarrollo de las carreteras terciarias en las jurisdicciones cercanas a los mismos, donde articulan con las secretarías de obras públicas municipales y departamentales.
No obstante, observando el estado de las vías tanto cercanas a peajes –como la altura de Patios - La Calera - o de cualquier vía terciaria en el país, sería bueno empezar a observar y llamar a las entidades de control a observar a donde se han estado yendo estos recursos cooptados directamente de los ciudadanos conductores durante años.
Pensar en esquemas como la mayoría de países europeos, especialmente Francia donde hay carreteras con o sin peaje dependiendo de cuál trayecto es más corto, coordinando los pagos y rutas con días de anticipación desde aplicaciones digitales; o en propuestas como tener peajes internos en las grandes ciudades o cobrar un monto mínimo a motocicletas e incluso bicicletas sería, en la actual situación de estado de vías, además de social y económica un despropósito.
Lo anterior también incluye el énfasis de digitalización del pago de los peajes a nivel nacional, si bien la trazabilidad, transparencia y facilidad de pago indiscutibles del comercio electrónico para los consumidores es innegable, no resuelve los problemas reales en cuanto a la calidad de la movilidad en el país.
El fondo de este artículo debe ponernos a reflexionar sobre la fiscalización de los ciudadanos hacia la inversión de nuestros recursos y se resume en la siguiente frase del micrositio de peajes electrónicos del sitio web del Ministerio de Transporte (Enlace virtual: https://mintransporte.gov.co/micrositios/peajes_electronicos/) :
“Ahora bien, el aumento de la competitividad se logra no solo realizando grandes inversiones en infraestructura, sino entre otras apoyándose en las soluciones tecnológicas creadas para mejorar la eficiencia del transporte”.