Colombia necesita de nuevos liderazgos

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“La cosa política se mueve” Antes de comenzar, hago la invitación a los lectores habituales de esta sección a participar del Segundo Virtual Foro de Precandidatos Presidenciales realizado a través de la plataforma Zoom hoy 25 de junio de 5:00 p.m. a 7:00 p.m. realizado en cooperación del Foro Atenas y la casa editorial LA LINTERNA AZUL. Para más información de ingreso, dejo el siguiente enlace virtual: http://www.lalinternaazul.info/2020/06/23/se-inicia-la-pre-campana-electoral-de-la-democracia-real-con-un-foro-de-precandidatos-presidenciales-que-trataran-el-tema-como-ganar-las-elecciones-del-2022/ Asamblea Nacional Constituyente: ¿Por qué ahora? Como lo he expresado en varias de las Notas Empresariales de la sección de la revista Dinero y Poder en el Noticiero El Nodo Colombia —que desde el pasado 8 de junio ha regresado a emitir en vivo en las redes sociales de Lunes a Viernes de 12 m a 2 pm—, tuvo que pasar una tragedia de dimensiones apocalípticas como la actual pandemia del Covid 19 para corregir elementos de la brecha social como la conectividad de internet y acceso a la señal de televisión y radio de los estratos 1 y 2 tanto urbanos como rurales. Esta pandemia ha desnudado todas las debilidades políticas y sociales de todos los países y sistemas de gobierno. Una de las reflexiones más dolorosas que quedarán para el resto de nuestras vidas y de las nuevas generaciones que en la infancia y adolescencia viven esta muy rara época es a aprovechar las oportunidades y administrar el tiempo, esto para todos los casos de la vida. Y eso incluye a la política. Ahora, con el Congreso de la República casi neutralizado y como notario ejecutor de viejas agendas legislativas y sucumbiendo ante el show de las 6 p.m. del presidente de la República a quien le preocupan más los sondeos de opinión de su gabinete y la solapada agenda de venganzas y autoritarismo de esos 16 grupos de segundas y terceras personas que bajo su máscara bonachona y pobreza absoluta de discurso gobiernan tiránicamente el país. Afortunadamente el pueblo colombiano se cansó de la telenovela y pide soluciones a los sondeos que deben importar que son los casos en la Región Caribe y Bogotá, y en poder articular las medidas de prevención, salubridad y autocuidado con una nueva cultura del trabajo y el desarrollo económico. Pero sin cerebro en la administración pública, es complicado pedir milagros. El Gobierno de Iván Duque ha sido tan malo desde el principio que desde 2018 la opinión pública ha pensado únicamente en las elecciones de 2022, a las que estamos exactamente a dos años, y a dos meses de cumplirse dos años de desgobierno, que demuestran que la estupidez humana es infinita. Y eso ha hecho que las ya existentes pugnas de poder por motivos diversos, entre los que, en menor grado cabe la ideología, haya ejercicios de opinión y liderazgo mediático, pero no real ni pertinente a esta situación extraordinaria, que es la coyuntura como todas las dificultades que ha tenido la civilización humana, la prueba de fuego para las grandes mentes y líderes. Proyectos estériles como volverse en ataques y recolecciones de firmas contra el tribunal de la JEP que finalmente resultaron siendo un agente distractor ahogado en las elecciones regionales de octubre de 2019. Todo sigue igual. Y se negó por parte del Partido de Gobierno y su coalición al país la oportunidad de reformas de fondo de la justicia en su estructura en la carta política a través de la Asamblea Nacional Constituyente. Ahora, no se sabe bajo que lecturas y cálculos, el Presidente sugiere en medio de la peor crisis económica y sanitaria de la historia realizar una elección atípica cuando no se sabe cómo se implementará el voto electrónico y por correo certificado —con los riesgos que sabemos por Venezuela y España que esos sistemas traen— para las elecciones de 2022 y con las elecciones de consejos de juventudes y juntas de acción comunal que debieron realizarse este año aplazadas para 2021. Colombia necesita ahora más que nunca liderazgos reales más allá de la crítica en internet y programas de radio y televisión, que sean carismáticos pero productivos y administrativos. Y al menos en el escenario conocido, no se vislumbra. Y se me olvidaba otro detalle: ir dando cristiana sepultura al uribismo como el fósil político en que se está convirtiendo para que las posiciones que han representado la esencial nacional regresen al protagonismo en nuevos liderazgos, regiones y nombres. Aquí debemos estar listos para la unión de libertarios, nacionalistas, republicanos, uribistas, liberales y conservadores en torno a un movimiento nacional al margen de sectas y grupos que sesionan a la sombra. Un movimiento por la Democracia Nacional convergente para dar cuanto antes y no en pos de una solución politiquera para una coyuntura electoral, para dar soluciones a la base social en la construcción de una cultura de la legalidad, respetuosa del medio ambiente y generadora de emprendimiento. ¿Estaremos listos para este reto? ¿Los presuntos líderes de la mal llamada derecha colombiana lo estarán?
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