Muchos dirán y sin embargo haré una burda imitación del gran Godofredo Cínico Caspa, defensor de la moral las buenas costumbres, la tacañaería y el fanatismo religioso -estas útimas cosas que detesto-, porque entraré a decir que extraño muchísimo a Juan Manuel Santos, Álvaro Uribe, Andrés Pastrana y Ernesto Samper. ¿La razón? Que Colombia en el Nuevo Gobierno está cayendo en un marasmo de afluencias, confluencias y divergencias entre el país político del espectro de centro y derechas y el país social que ve en as promesas de campaña mentiras, desiluciones y una sobrecarga confusa de impuestos, represión, clasismo y mitos pacifistas.
El billón de pesos invertido por la administración de Bogotá en publicidad a los grandes medios que le hacen la guerra y dan empleo a sus perores detractores, pero no incluyó en el Plan de Desarrollo Distrital ni a las negritudes ni a los medios alternativos y comunitarios -entendible por el alto grado de corrupción en esos temas que hubo en a alcaldía desastrosa de Gustavo Petro- es prueba de esa mezquindad.
El Nuevo Gobierno, en estos dos meses ha demostrado que ha cometido errores mortales en cuanto a la dirección de las diferentes políticas de Estado y gratitud con los grupos poblacionales que orientaron y contribuyeron al triunfo electoral. El Nuevo Gobierno, que fue elecgido después de doble fraude en dos convenciones, burlando estatutos, legislación de partidos y la ética, con una estructura clientelar conformada por los congresistas aúlicos en las regiones desde 2015, DEBE SER CONSCIENTE QUE SU VOTO FUE EL DE UNA POBLACIÓN QUE BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA VOTARÍA UNA OPCIÓN CERCANA AL CASTRO-CHAVISMO.
La conformación de los personales de trabajo de las entidades del Estado, la falta de liderazgo en los nombramientos tardíos -caso Unidad Nacional de Víctimas con la ex senadora Sofía Gavíria- y el posiconamiento de una clase tecnócrata que en muchos casos demuestra la indiferencia con el país social y la ignorancia de la Función Pública. Recientes agresiones telefónicas y escritas por paprte de funcionarios de la Presidencia de la República en mi contra y en contra de mi medio, demuestran que el sectarismo y el clientelismo no permiten pensar.
No existe nada más horrible que la falta de principios y lealtad con éstos.
Esperamos que el empalme no dure tres años ni todo ese tiempo la pesadilla del pueblo de Colombia.
@armesto1989
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