Universidad Distrital: del desgobierno a la esperanza (La batalla de la Paz: segunda entrega)

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PRÓLOGO "Una universidad pública le pertenece a la Nación y le debe responder a toda la sociedad. Al exigir elecciones directas de las directivas se está suponiendo que quienes estudian o trabajan en ella tienen derechos de propiedad superiores a los de cualquier otro ciudadano. Esa posición es una forma de privatización y de politización, disfrazada con un discurso de democracia y de autonomía". Moisés Wasserman, ex rector de la Universidad Nacional de Colombia ANTECEDENTES HISTÓRICOS Un pasado dilatado y licuado en la destrucción de la memoria histórica y de su mobiliario histórico -según el profesor e historiador Carlos Reina Rodriguez, existen incluso documentos antiguos de la Universidad Distrital en la Biblioteca Metropolitana de Nueva York-, donde se oculta el pasado católico y conservador de la institución, que entre otras cosas adquirió tanto el nombre de Francisco José de Caldas y la categoría de Universidad en 1951 bajo el Gobierno Laureano Gómez, previo a su fundación en el Gobierno de Mariano Ospina Pérez en 1948. Hay que tener en cuenta que el Concejo de Bogotá estaba con una mayoría liberal, donde entre otros se encontraba el economista Antonio Garcia Nossa, promotor del proyecto de la Universidad Municipal Jorge Eliécer Gatian, en homenaje al recién fallecido caudillo político y candidato presidencial, delegando a un rector liberal Carlos Anzola, que posteriormente al erigirse como Universidad, tomaría el sacerdote dominico Presbítero Daniel De Caicedo. Como en toda América Latina, desde principios de los años sesenta, existió una proliferación cultural y subversiva marxista de diferentes matices en las universidades públicas, e incluso en algunas privadas. Colombia no sería la excepción y la Distrital tampoco. Con un desarrollo confuso, precario y extraño en cuanto a cobertura, recursos e infraestructura física, la Universidad tuvo el caldo de cultivo perfecto para los explotadores del inconformismo. Varias décadas, una intervención dura entre 1988 y 1990, miles de rectores encargados, pugnas entre el Partido Comunista Colombiano y sus apéndices contra el M -19 y los simpatizantes (¿?) del ELN por el predominio de los exiguos recursos de investigación, dependencias y cátedras. Teniendo en cuenta que la desaparición del bipartidismo político se produjo mucho antes que en el resto de la sociedad en las universidades públicas debido al predominio de dichas corrientes a finales de los años sesenta y en los setentas. En 1992, comienzan con la expedición de la Ley 30 de 1992 a realizarse elecciones democráticas de rector y de los miembros internos de la comunidad universitaria de las instituciones públicas de educación superior, contrario a la costumbre de asignación de rector por parte del Presidente de la República, los gobernadores, o en el caso de la Universidad Distrital por parte del Alcalde de Bogotá. Muchos rectores, crisis de gobernabilidad rectorías encargadas, irregularidades, golpes de Estado motivados por la extrema izquierda son la constante institucional durante los años noventa y bien entrado el nuevo milenio. Con las rectorías de Ricardo García Duarte, el ex contralor de la República Carlos Ossa Escobar y el ingeniero catastral y ex directivo de la CAR Inocencio Bahamón Calderón, se vio una luz en la estabilidad de la institución y conexión de Institución con las reales necesidades educativas de la ciudad y una estabilidad gobernante muy satisfactoria con todos los sectores de la comunidad universitaria. Ruptura que se da en 2014, ya que desde entonces y hasta el pasado 23 de agosto no se habían realizado elecciones de rector y se suscitaron protestas por las condiciones que el Consejo Superior y el Consejo de Participación Universitario (autoridad electoral de la Universidad), ya que se indujo un movimiento llamado Mesa Multiestamentaria conformado por sectores de sindicatos y organizaciones profesorales y estudiantiles, en su mayoría afectos al Partido Comunista Colombiano, a la Unión Patriótica y al progresismo de Gustavo Petro. Dichos sectores quería realizar una Reforma Académico Administrativa muy necesaria en la Universidad para su funcionamiento, pero, de una forma sesgada, populista y a la vez excluyente y estigmatizante de las propuestas que no tuvieran sus presupuestos ideológicos y doctrinales, que afianzaba su poder político más que realmente beneficiar a la Institución y su comunidad. Dichas estériles discusiones llevan dos años y medio sin tener resultados concretos, pero no sin dejar muy buenos rendimientos económicos para sus promotores a costillas del presupuesto institucional, que viene de los impuestos de los bogotanos. ACLARACIONES ELECTORALES En las Universidades Públicas, las elecciones de Rector NO SON POR SUFRAGIO UNIVERSAL DIRECTO, es decir que a diferencia de elegir Presidente de la República, Alcaldes y Gobernadores, no gana de forma inmediata el que saque mas votos, sino que se procede a la escogencia de una quinteta (cinco candidatos) entre los candidatos con las votaciones más altas. De allí, el Consejo Superior entre esos nombre, convoca entrevistas y reuniones individuales con cada uno de los candidatos, se toman puntajes, de esos puntajes se escogen tres nombres (terna) de la cuál en sesión ordinaria, los nueve miembros del Consejo Superior -que preside el Alcalde Mayor de Bogotá o quien éste delegue- votaran hasta que sea escogido un solo candidato y nombrado Rector en ceremonia pública de Posesión. El Consejo Superior Universitario está conformado por el Presidente que en el caso de Bogotá es el Alcalde Mayor, un delegado del Presidente de la República, un delegado del Ministerio de Educación, un delegado del sector productivo privado -escogido por el Consejo Intergremial de Bogotá y Cundinamarca-, un ex rector de la Universidad, un estudiante activo, un egresado, un profesor y un representante de las directivas académicas. El rector tiene voz, pero no voto en las decisiones del Consejo. Desde 2010, las elecciones en la Universidad Distrital se realizan mediante voto electrónico. Por primera vez en la historia, los egresados (ex alumnos graduados) podrán votar para elecciones de Rector. El voto es ponderado, es decir que los votos por estamento NO TIENEN EL MISMO VALOR, sino un valor:} 1. Estudiantes pregrado y postrgado: 35% 2. Egresados: 10% 3. Administrativos: 10% 4. Profesores de Planta: 30% 5. Profesores catedráticos: 15% UNA ELECCIÓN EN MEDIO DE LA POLÉMICA Un día antes, La Rectoría emite la Circula 2826 del 22 de agosto de 2016, diciendo que el día de elecciones se suspenderían actividades académicas y administrativas dado que la coyuntura de elecciones podría estar en peligro constante de disturbios o enfrentamientos entre los promotores del Voto en Blanco con los de las diferentes campañas. Este comunicado sale a las 3 p.m. para cumplirse desde las...¡3:00 p.m.! de este día....y es...¡¡¡reversado!! por la Circular 2831 del mismo día donde se anuncia la normalidad académica y administrativa. La parcialidad o temor (¿?) en favor del Voto en Blanco y sus promotores queda en evidencia. Día de las elecciones: coptaciones de votantes, música, grabaciones y ataques contra los promotores de otras campañas, costumbre que ha sido una constante al no aceptar que el voto en blanco que tuvo una muy alta votación (8840 votos, es decir el 41% del voto ponderado) no alcanza el umbral del 50% más 1 voto que se necesitaria para invalidar y rehacer todo el proceso electoral de ceros. Los ganadores finalmente de la jornada en la quinteta que pasará al Consejo Superior son los siguientes: 1. José Lizcano Caro: 2435 votos (18%) 2. William Castrillón 1846 votos (13%) 3. Pablo Emilio Garzón 1375 votos (10%) 4. Octavio José Salcedo 885 votos (6.7%) 5. Lilia Edith Aparicio 697 votos (5.2 %) De entre ellos, tendrá que escogerse el nuevo rector de la Universidad Distrital para un período de cuatro años de 2016 a 2020. CONCLUSIÓN Y MENSAJE La incoherencia institucional del Estado colombiano, que se generó como consecuencia de la desaparición paulatina de la conciencia y lealtad de los partidos tradicionales (esto incluye a la identidad de mi partido la ASI y a la Unión Patriótica), el saltar de posiciones y hacer destrucción del buen nombre y funcionamiento de las mismas entidades es moneda común y hasta premiada. En la emisora oficial de la Universidad Distrital LAUD ESTÉREO, desde hace casi 3 años existe los miércoles en la mañana un programa dirigido por un profesor pensionado llamado Jorge Villamil, que ha sido una trinchera radial contra sus enemigos personales, un escape supuestamente "democrático" e "incluyente" de los sectores "populares" de la comunidad universitaria estén bajo la premisa que para tener sentido de pertenencia hay que hacer una pose ideológica y hablar y comportarse de determinada manera frente a los hechos reales de la actualidad. La Alcaldía Mayor de Bogotá, debe saludar el proceso, y garantizar que se respete el resultado de la escogencia del nuevo rector. El apoyo oficial del Gobierno de la ciudad a la opción del Sí en el próximo plebiscito -opción que no estoy muy de acuerdo-, hermana con el desarrollo y resago de la institución en el ldierazgo en temas de posconflicto. A su vez que generando un liderazgo educativo se evita a toda costa que se ponga en peligro incluso la gobernabilidad y buen funcionamiento de la ciudad generado por los mismos agentes disociadores en la educación pública. Desde el sector gremial, que el Sistema Universitario Bogotano sea real y se constituya legalmente como asociación, y que la Asociación de Universidades del Centro de Bogotá no excluya a la Institución que cuenta en el sector con tres sedes: ASAB-FAcultad de Aartes (calle 14 con Caracas), Sede Vivero-FAcultad MEdio Ambiente (Circunvalar con Calle 8) y Sede Macarena-FAcultad ciencias y Educación (Circunvalar con 26). Y la COMUNIDAD UNIVERSITARIA debe por ENCIMA DE TODO movilizar sus esfuerzos por DEFENDER LA INSTITUCIONALIDAD Y SU COMUNIDAD frente los abusos y usurpaciones del bien público y la libertad de expresión. @armesto1989
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