Las luchas por las ideas y la gallardía del combate se va dando en las almas del combate tanto en las armas como en las ideas. En el profesorado hay generales, mariscales, tenientes y personas que no llegarían tampoco ni a grumete de barco ni a soldado raso de escribir un parrafo con sentido común. De esos, supuestos señores y "profesores" está llena la universidad y la academia de Colombia.
Esta corta columna, es un corto homenaje a una mente brillante nacida en Bucaramanga, que pese a ser un hombre vinculado con las izquierdas que fundarian y consolidarian la Fundación Universidad Autonoma de Colombia, siempre fue un hombre culto, viajero, apasionado por la vida, por el conocimiento, los libros y objetos antiguos como un arqueólogo de principios del siglo XX que osculta la verdad y busca el origen del mundo en la práctica más allá de las lecciones de historia que a muchos pueden parecer aburridas.
Con la historia de su tierra, Bucaramanga, y del país en la cabeza y en los años de su vida, comprendió que su vida y la de los demás deja mas frutos en la concordia que en la discordia. Vivió y murió como un hombre católico a carta cabal y además, murio como tal. Logró unificar, así fuera circunstancialmente a muchas rivalidades, egos, grandezas y bajezas de la institucionalidad de la Universidad Distrital y su Facultad Tecnológica.
No pondré cuidado a los comentarios de bajo fondo que han tratado de desdibujar mi presencia en el sepelio del profesor "Pluma" como muchos le decían. Ni estoy haciendo campaña ni me lucro del dolor ajeno. Eso lo hacen personas de la misma altura moral que los que me atacan.
El legado escrito del profesor Becerra debe ser sistematizado, preservado y divulgado como una medicina necesaria para la cordura, razón y equilibrio, necesarios ahora más que nunca en la Colombia actual
Paz en su tumba. Ojala no nos quede grande su legado de humildad y claridad mental.
@armesto1989
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