El país de la Virgen de Fátima

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"El tonto llama "prejuicios" a las conclusiones que no entiende" "Las comunicaciones fáciles trivializan hasta lo urgente" Nicolás Gómez Dávila, filósofo y políglota colombiano cofundador de la Universidad de los Andes (Cajicá 1914-Bogotá 1994) LA DICTADURA DE LAS MINORÍAS La dictadura de las minorías, el miedo de la democracia moderna -diríamos que es su objetivo quizás-, El día de esta columna (13 de mayo) en la portada de EL TIEMPO sale que más de 70 mil personas salieron a las marchas en todo el país -y ahí van sumados los 200 que empezaron a gritar frente a los hoteles de los equipos en Pereira y los otros 200 de los disturbios en Barranquilla contra los partidos de la Copa Libertadores en el país-. Una "gran manifestación" en un país de 50 millones de habitantes, y donde Bogotá tiene casi 9 millones, Cali 4 millones y medio -vandalizada por menos de 100 mil entre la minga y otros grupos-. Hemos permitido que las mismas élites de la etapa decadente de la Colonia junto a nuevas familias sigan mangoneando este territorio por más de doscientos años. Menos de 200 mil personas, menos de 25 a 40 familias; 9 personas en el Comité Central del Partido Comunista Colombiano -de los mismos autores de las FARC-; el Frente Nacional y Los Extraditables...todos poquitos siempre han tenido poder de hacer lo que le ha dado la gana con nuestra vida y nuestro país... Y esas minorías no ilustradas, son las mismas que deciden hasta si usted va a tener transporte público, comida, gasolina, medicinas o podrá ir al médico. Ellos son la Ley y han sido la Ley desde el 2 de octubre de 2016 cuando se traicionó el mandato popular en contra de incluir como actor institucional de Colombia al terrorismo; y ratificado desde el 7 de agosto de 2018 al llegar el gobierno más falto de principio de autoridad en los últimos cuarenta años. ¿A QUÉ JUEGA LA IGLESIA? El periodismo colombiano pese a la irreverencia religiosa que trajo la Constitución del 91, ha casi siempre respetado la religiosidad colombiana que mayoritariamente ha sido cristiano católica. Pero, no deja de ser muy sospechoso que la alta jerarquía eclesiástica representada en el Concejo Episcopal Colombiano defienda abiertamente el vandalismo, condene la legitima defensa -existiendo Doctrina y hermenéutica bíblica suficiente para defenderla- y además yendo mucho más allá de los postulados de la herética "teología de la liberación" para bajo un sofisma de "ayudar dentro de su vocación natural a los pobres" justifique todo el abuso de las minorías para poderse salvar del poder vandálico y discursivo anticristiano -lleno de los lugares comunes de la pedofilia y con el alimento de la espiritualidad de supermercado de la confundida juventud actual- para que sean otras víctimas del Paro. ¿No se les hace raro que la celebración del 13 de Mayo de la Virgen de Fátima no haya tenido mayores tropiezos ni en Bogotá ni en Chiquinquirá? ¿Por qué salvo hechos aislados el 8 de marzo nunca ha habido atentados significativos contra los edificios del catolicismo? ¿Por qué las confesiones protestantes de iglesia grande son tan condescendientes con las ordas ateas y sincretistas del paro? ¿HABRÁ FUTURO? La mediocridad se está volviendo una tradición en Colombia. La no realización de la Copa América no solamente es asunto de un negocio privado de un deporte mayoritario en el país. Es un asunto donde la seriedad del país, la reactivación social y económica sumadas a las libertades ciudadanas y hasta donde llega el derecho a la protesta -y otros derechos inventados por el constitucionalismo moderno- frente a dichas libertades fundamentales. Hoy es la Copa América, pasado mañana un reinado, en unos años los conciertos, y así hasyta que llegue al poder la dominación globalista y solamente lo que convenga al indoctrinamiento político de un régimen de pesadilla en el cuál nunca creyeron ni los cubanos ni los venezolanos cuando aún eran libres... ¿Colombia tiene futuro? Instagram; @armesto2018 Twitter: @armesto1989
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