Desde el momento en el que el presidente Santos ha declarado que en su gobierno no hay corrupción, y a pesar de que su propio gerente de campana aceptara haber recibido pagos de Odebrecht, los ciudadanos y periodistas han procedido a recordarle al presidente sus largas amistades con personas involucradas o asociadas a multimillonarios contratos en relación con la firma extranjera, así como con responsables de los hechos.

