Hace pocos momentos, un apretón de manos entre los presidentes de Rusia y los Estados Unidos, sello el encuentro entre Vladimir Putin y Donald Trump, dos de los más importantes mandatarios del planeta reunidos en la conferencia del G20. Con su encuentro, gran parte de la izquierda europea y estadounidense tiembla al pensar un cambio en las fuerzas políticas del globo.
Hace pocos momentos, un apretón de manos entre los presidentes de Rusia y los Estados Unidos, sello el encuentro entre Vladimir Putin y Donald Trump, dos de los más importantes mandatarios del planeta reunidos en la conferencia del G20. Con su encuentro, gran parte de la izquierda europea y estadounidense tiembla al pensar un cambio en las fuerzas políticas del globo.
Para Latinoamérica, el cambio en las tendencias políticas globales implica también un llamado de atención relevante, considerando la familiaridad de los gobiernos de la región con las ideas de izquierda, y particularmente con la izquierda radical de Cuba y Venezuela. En esa perspectiva, Colombia también se encuentra en una situación difícil, sobre todo al considerar la afinidad del presidente Santos a Hillary Clinton y sus rechazos al mandatario Trump.
En los últimos años, los ciudadanos se han dado cada vez más cuenta de la doble agenda de la demagogia, lo que en Colombia dió como resultado la pérdida del “plebiscito” de izquierda extrema del año pasado y el paulatino desencantamiento de la ciudadanía con modelos populistas.
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