El reciente triunfo obtenido por el ciclista colombiano Egan Bernal convirtiéndose en el líder y campeón del Tour de Francia, constituye un ejemplo concreto del renacimiento del municipio de Zipaquirá, que por décadas tuvo que someterse al terror, el narcotráfico, los reclutamientos, los asesinatos, las extorsiones y los secuestros del M19.
El reciente triunfo obtenido por el ciclista colombiano Egan Bernal convirtiéndose en el líder y campeón del Tour de Francia, constituye un ejemplo concreto del renacimiento del municipio de Zipaquirá, que por décadas tuvo que someterse al terror, el narcotráfico, los reclutamientos, los asesinatos, las extorsiones y los secuestros del M19.
En concreto, el triunfo de Bernal no solamente constituye un largo trasegar histórico del municipio de Zipaquirá, sino además el ejemplo de que el valor frente a los violentos y la constancia pueden con el paso de los años cambiar radicalmente la historia de un pueblo, y en este caso, de un municipio de la nación.
Como si fuera poco, hace pocas horas la oficina de prensa de presidencia de la República ha confirmado la entrega de la máxima condecoración institucional en Colombia al ciclista, simbolizada en la Cruz de Boyacá, la que será impuesta a Egan Bernal en una ceremonia programada para los próximos días.
Así las cosas, en la práctica, la dedicación y el valor de los zipaquireños poco a poco deja un pasado de sufrimiento y dolor ejercido por organizaciones terroristas, la mayoría de ellas lideradas por el M19, que utilizó el municipio para cobrar extorsiones, invadir propiedades con intimidaciones y asesinatos, cobrar secuestros y utilizarlo como centro de operaciones para acciones narcotraficantes durante toda la década de los 80.
Como se sabe, el terror impuesto por el terrorismo en Zipaquirá se reprodujo por años con el maridaje del M19 con el Cartel de Medellín liderado por Pablo Escobar. En el inicio de las actividades de terrorismo urbano, el M19 consideró que Zipaquirá se debía convertir en el centro de operaciones urbanas para llegar a la capital de la República, lo que con el apoyo de Pablo Escobar en el Cartel de Medellín, facilitó la impunidad de las 2 organizaciones narcotraficantes para ejecutar el holocausto del Palacio de Justicia.
Adicionalmente, las cabecillas conjuntas del M19 en planificación para el Holocausto, hallaron cobijo mediante intimidaciones y extorsiones en Zipaquirá, que posteriormente dieron lugar a invasiones a sangre y fuego en el municipio como en el caso del robo de predios de Concesiones Salinas, donde los integrantes de la AD M-19 Ernesto Molina, Arnoldo Londoño y Raúl Méndez fueron detenidos por el delito que despojó de sus tierras a personas en la región con complicidad de abogados del denominado M19.

Como si fuera poco, el terror ejercido por el M19 en Zipaquira no se detuvo con la desmovilización de los terroristas, considerando que muchos de los procesos extorsivos se dieron incluso con miembros indultados por el mandatario Belisario Betancourt.
Para la época, peligrosos terroristas de entonces como Everth Bustamante y Gustavo Petro habían declarado al periódico El Tiempo la condescendencia con los hechos de criminalidad en cabeza de miembros desmovilizados del M19, lo que fue publicado en un reporte judicial del 29 de Julio de 1992 ante una población intimidada por los violentos.
Según el registro del periódico El Tiempo:
“el lunes viajaron a la población el senador por el M-19 Ever Bustamante y el representante a la Cámara de Cundinamarca por el mismo movimiento, Gustavo Petro, quienes manifestaron a las autoridades que no organizaron el movimiento, pero reconocen la acción independiente de algunos de sus militantes. Sobre la invasión Bolívar 83, Petro aclaró que ellos sí la realizaron, ya que en ese entonces se encontraban en una situación diferente, pero no se responsabilizan de lo sucedido en Pueblo Viejo. Además, comentó que los tres miembros detenidos del M-19 pertenecen al comité municipal de dicho movimiento, dirigido por el concejal Walter Jaimes. Sin embargo, insistió que ninguno de ellos actuó por órdenes superiores y aduce que intervinieron en el conflicto por iniciativa propia frente a sus necesidades, siendo solidarios con la fundación América 500, gestora de la invasión. (…)Los abogados del M-19 intentaron llegar a un acuerdo político con el alcalde, Enrique Triviño, para conseguir la liberación de los detenidos, pero este no se produjo, quedando el caso en manos de la justicia ordinaria. Los detenidos se encuentran en la cárcel municipal de Zipaquirá.”
El desamparo que vivió Zipaquirá, por ello, no se detuvo ante el falso proceso de desmovilización del M19 con el gobierno, sino que siguió con la complicidad de cabecillas del grupo terrorista que ejercían la política mientras desplazaban a los pobladores de Zipaquirá con anuencia de otros grupos narcotraficantes del país. Como si fuera pocos, muchos de estos cabecillas utilizaban abogados para tratar de acorralar al estado, lo que marginó, de nuevo, a la población de Zipaquira a la extorsión en la "legalidad" y la ilegalidad del terrorismo.
El triunfo de Egan Bernal, por ello, es sobre todo un triunfo a la resiliencia y la constancia de los pobladores de Zipaquirá contra el terror, la extorsión y el crimen del M19 y de otros muchos grupos narcocriminales que rodearon por años a los Zipaquireños habiendo incluso asesinado a sus habitantes, pero no el espíritu de sus pobladores.
You’ve reached your free article limit
support FP by becoming a subscriber and get unlimited access to every story.
ALREADY SUBSCRIBER? LOG IN