El reciente episodio que ha involucrado al actual Fiscal General de la Nación en un suceso donde de forma privada diagnosticaba la actuación del fallecido Enrique Pizano, controller en la Ruta del Sol II de Odebrecht antes de haber llegado al ente investigador, sirvió con el paso de los días en la gasolina para que el activismo de izquierda radical en el país - sin argumentos legales de fondo-, iniciara una campaña para presionar al gobierno y al fiscal a su salida, lo que con el paso de las semanas logró generar indignación en la ciudadanía.
El reciente episodio que ha involucrado al actual Fiscal General de la Nación en un suceso donde de forma privada diagnosticaba la actuación del fallecido Enrique Pizano, controller en la Ruta del Sol II de Odebrecht antes de haber llegado al ente investigador, sirvió con el paso de los días en la gasolina para que el activismo de izquierda radical en el país - sin argumentos legales de fondo-, iniciara una campaña para presionar al gobierno y al fiscal a su salida, lo que con el paso de las semanas logró generar indignación en la ciudadanía.
Jorge y Alejandro Pizano bebieron agua de la misma botella: Néstor Humberto Martínez, @FiscaliaCol → pic.twitter.com/Lu8O0zfSg9
— Canal Capital (@CanalCapital) 29 de enero de 2019
Fiscalía (@FiscaliaCol) reveló video en el que se ve cuando Jorge Pizano compra la botella de agua saborizada en un supermercado de Subachoque en Cundinamarca. De la cual aseguran que su hijo, Alejandro Pizano bebió de manera accidental https://t.co/uN9oBRTdP3 pic.twitter.com/IRa4DoBc3p
— CABLENOTICIAS (@CABLENOTICIAS) 29 de enero de 2019
Ante los hechos, y luego de nueva evidencia que exoneraría al estado en los casos de envenenamiento del importante testigo, en un paso necesario para conservar la legitimidad de las investigaciones, el Fiscal tomó la decisión de pedir a la Corte Suprema de Justicia la designación de un Fiscal Ad Hoc que asumiera todas las competencias para investigar el caso Odebrecht. Con ello, tanto legal como institucionalmente, el propio fiscal dejó sin piso político las pretensiones de numerosas personas que durante las últimas semanas iniciaron una campaña de movilización contra el jefe del ente investigador.
Fiscal Martínez pide a la Corte que fiscal ad hoc actúe por él en caso Odebrecht https://t.co/vcuAMLtA0m #MañanasBLU pic.twitter.com/ogGWQMgejt
— BluRadio Colombia (@BluRadioCo) 29 de enero de 2019
Sin embargo, hace pocas horas, y en medio de la histeria de numerosos colectivos de izquierda, un reconocido grupo de activistas de izquierda realizó un impresionante video burlándose de las versiones del ente investigador, que por su crudeza, tosquedad y falta de sensibilidad, parecería mas un suicidio de la misma causa que abrazaron durante semanas, y una evidencia de la crisis del activismo político de izquierda en Colombia.
No lo puedo creer! Que falta de respeto con las familias de las personas que han fallecido por ingesta de cianuro. Debería darles vergüenza. https://t.co/K5hSDZSItN
— Laura Palomino (@C1Palomino) 28 de enero de 2019
En concreto, en el video se ve a cuatro personas adultas (principales activistas contra la Fiscalía), aparentando tomar un vaso de agua al mismo tiempo, que al grito de la palabra cianuro, expulsan agitadamente de sus bocas para posteriormente estallar en nerviosas risas con voces distorsionadas imitando la grabación privada del fiscal con su fallecido colaborador de vida, Jorge Pizano.
Lo que ejemplariza el video llama la atención teniendo en cuenta la delicada línea entre la denuncia y la burla, que por la actitud de los 4 activistas claramente pone como motivo de fiesta al fallecido Eduardo Pizano, y por ende, a su hijo (quien murió por envenenamiento) y su familia.
En concreto, lo que demuestra el video, es que a los activistas contra el fiscal poco o nada les importaba los hechos que rodearon el fallecimiento de Eduardo Pizano y su hijo, poco o nada les importaba la potencial afección que la conducta del entonces abogado Martínez tenía en su conversación privada con Pizano, poco o nada les importaba la sensibilización de la sociedad colombiana frente a la muerte de miembros de familia parte de una investigación sensible de la política o el desenlace de los eventos de activismo. En realidad, lo que les importaba era generar presión política para deslegitimar la actual administración (con o sin razones de fondo), y por ende, ganar réditos políticos a través de la activación de un episodio ambiguo y trágico, en medio de una campaña política.
Grotescos! Dos personas muertas y estos personajillos solo piensan en su plan de politizar esas muertes. pic.twitter.com/KyFLhhjhld
— (((David Ghitis))) (@ghitis) 28 de enero de 2019
Señores, este video es grotesco, es una falta de respeto con las familias que aún lloran a sus muertos. Este contenido le quita toda validez a sus propuestas. https://t.co/BF2Ttn3jLR
— Nicolas Umaña Jimeno (@NicolasUmana) 28 de enero de 2019
En vez de generar un mensaje sobre la legalidad o ilegalidad de las conductas, sobre los problemas asociados a la cultura del país o sobre las responsabilidades inherentes a la función pública, los activistas, en un ejercicio simbólico de vulgaridad y voces desfiguradas, convirtieron un episodio trágico de una familia en una bandera de celebración de sus propias convicciones, muchas de ellas representadas en el mensaje maniqueo de que ellos son “decentes”, y que Pizano el Fiscal y todos los demás, según ellos, son corruptos.
El efecto, con el paso de las horas, en contra de las pretensiones de los mordaces activistas ha sido precisamente el contrario. Ante el video, la ciudadanía se ha alejado de ellos, y se ha preguntado seriamente si ellos (o el fiscal), representan un verdadero cambio, o si detrás de sus videos y sus marchas lo único que ocultan es su ambición de llegar al poder en su momento, y reemplazar (con su insólito nuevo estilo) a los que ya están en las instituciones.
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