Un duro mensaje fue dado a concer en los últimos días por parte de la embajada de Estados Unidos en Colombia al asegurar que FARC no han cumplido en tema de droga e igualmente que seguirán en la lista de organizaciones terroristas.
Concretamente, el embajador Whitaker afirmó que las FARC simplemente “no han cumplido el acuerdo de paz”, teniendo en cuenta el crecimiento desbordado de coca en Colombia.
En marzo del presente año, un informe antidrogas del Departamento de Estados de los Estados Unidos reveló que Colombia vuelve a ser el primer productor de cocaína del planeta. De acuerdo al informe, el país ostenta uno de los máximos records de crecimiento de cultivos de coca en los últimos años, logrando un aumento de casi el 100%.

Recientemente la DEA advirtió que cerca del 95% de coca que ingresa a Estados Unidos proviene de Colombia, y la ONU junto con informes del Departamento de Estado del país norteamericano confirmaron que en Colombia existirian 188.000 hectáreas de cultivos ilícitos, una cifra que se acerca a las reflejadas en los inicios del Plan Colombia.
No osbtante, para el segundo mandato del presidente Santos y en medio del marco del proceso de paz, se visibiliza un claro desistimiento por parte de su gobierno con el combate contra la droga. Un claro ejemplo de esto es la decisión de suspender las fumigaciones con glifosato en el año 2015.
Entre el 2015 y el 2016 el gobierno de Juan Manuel Santos se concentró solo en el proceso de paz y la puesta sobre la mesa de prebendas y dádivas al grupo narcoterrorista. Dejando de lado la lucha contra la droga y los cultivos ilícitos dando como resultado los índices más altos de crecimiento de cultivos ilícitos en los últimos 17 años de acuerdo al informe de UNODC (oficina de las naciones unidas contra la droga y el delito).