En medio del encuentro con las víctimas en Villavicencio, durante su segundo día en Colombia, el Papa Francisco, al bendecir la imagen del cristo mutilado por los ataques cometidos por la organización narcocriminal de las FARC en Bojayá, recordaría ese atentado en donde, con una pipeta matarían a 119 personas en este municipio.

En medio del encuentro con las víctimas en Villavicencio, durante su segundo día en Colombia, el Papa Francisco, al bendecir la imagen del cristo mutilado por los ataques cometidos por la organización narcocriminal de las FARC en Bojayá, recordaría ese atentado en donde, con una pipeta matarían a 119 personas en este municipio.

La masacre de Bojaya, ocurrió el 2 de mayo de 2002 en el que, con un “Cilindro Bomba” o “Pipeta”, atentaron contra la iglesia de este municipio dejando como resultado la tan lamentable cifra de 119 civiles que en ese estaban al interior de la misma.

En medio de la oración del sumo pontifice, se recordaría los ataques cometidos por terroristas de las FARC en esta población, el cual cumplió, el pasado 2 de mayo, 15 años.

Textualmente, las palabras del líder de la iglesia Católica en esta reunión con víctimas fueron las siguientes: “Oh Cristo negro de Bojayá, que nos recuerdas tu pasión y muerte; junto con tus brazos y pies te han arrancado a tus hijos que buscaron refugio en ti...Oh Cristo negro de Bojayá, que nos miras con ternura y en tu rostro hay serenidad; palpita también tu corazón para acogernos en tu amor”.

Conforme conocen las autoridades, el prontuario tenebroso de Iván Marquez no se reduce a Bojayá. Una investigación del portal de SEMANA, a pesar de ser afecto al mandatario Juan Manuel Santos, detalla con crudeza:

Iván Márquez. Principal negociador de las Farc ante el gobierno de Colombia, tiene más de 198 órdenes de captura, 66 medidas de aseguramiento y 28 condenas, entre los que se cuentan delitos como secuestro, homicidio, reclutamiento, rebelión, concierto para delinquir, desplazamiento forzado y narcotráfico, entre otros. Es quien establece las políticas para la producción y distribución de droga que posteriormente es distribuida a cualquier parte del mundo, a cambio recibe armamento, municiones y dinero. El Departamento de Estado de los Estados Unidos ofrece una recompensa de hasta $ 5 000 000 de dólares por información que conduzca al arresto y/o la condena.