La evolución de los acontecimientos de los últimos años, demuestra como en cuestión de meses, la organización terrorista FARC que había sido reducida a su mínima expresión militar y política durante el gobierno anterior, no solamente ha rápidamente recuperado camino estratégico, sino que lentamente va doblegando los pilares más endebles de la institucionalidad del país -comenzando por el presidente de la Republica-.

La evolución de los acontecimientos de los últimos años, demuestra como en cuestión de meses, la organización terrorista FARC que había sido reducida a su mínima expresión militar y política durante el gobierno anterior, no solamente ha rápidamente recuperado camino estratégico, sino que lentamente va doblegando los pilares más endebles de la institucionalidad del país -comenzando por el presidente de la Republica-.

El hecho de que sea el propio gobierno nacional el que promueva abiertamente y con el presupuesto de los contribuyentes un acuerdo que beneficia a la cúpula de la organización narcotraficante, son una seria preocupación para la democracia de Colombia, afectada por ideologías de organizaciones que han logrado colapsar países tan fuertes como Venezuela.

En la actualidad, los jefes de la organización guerrillera, no solamente tienen cuentas en redes sociales con numerosos visitantes en internet, sino que se encuentran a días de que el propio gobierno nacional le limpie sus crímenes y les proteja ante la legislación doméstica en internacional. Por ese motivo, promueven permanente sus mensajes de “SI a la Paz”, sabiendo que el tema divide a los colombianos, y genera un clima de polarización que les permite a estas saltarse la legislación nacional.

En su cuenta de Twitter, por ejemplo, el terrorista alias Timoleón Jiménez, promueve los hashtags “#EstamosCumpliendo  #VamosPorLaPaz”, sabiendo que en cuestión de minutos serán los propios ciudadanos afectos al gobierno nacional los que se encargarén de promover sus beneficios, compartiendo sus mensajes, a días de una convocatoria “plebiscitaria”.

Por su parte, Luciano Marín Arango, alias «Iván Márquez», utiliza la misma idea para engañar a la población en el tránsito a su trampa contra la fiscalía, en un mensaje que cita:

“Preparémonos para celebrar: el 26 de septiembre se firmará en Cartagena Acuerdo Final para la construcción de la paz”

Así, el Secretariado de las FARC en Twitter estaría ganándole la partida de ajedrez a Santos, a la democracia y a los colombianos, dividiendo a las personas que viven en la legalidad, y lentamente avanzando a la legalización de sus actividades criminales de varias décadas. Finalmente, solo en el caso de alias «Iván Márquez», se debe tener en cuenta que su propaganda por la paz le permitirá borrar de la fiscalía sus más de 198 órdenes de captura, 66 medidas de aseguramiento y 28 condenas, mientras que podría unir fuerzas desde la legalidad con organizaciones que renacen como el ELN.

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