En las últimas semanas, el reconocido escritor colombiano Hector Abad, se ha pronunciado repetidamente en el sentido de avalar las actividades del presidente Juan Manuel Santos, y apoyar lo que este llama “La Paz”.
En las últimas semanas, el reconocido escritor colombiano Hector Abad, se ha pronunciado repetidamente en el sentido de avalar las actividades del presidente Juan Manuel Santos, y apoyar lo que este llama “La Paz”. En la última semana, sin embargo, con ocasión de la publicación de los términos del acuerdo entre las FARC y el presidente Santos en Cuba, el “intelectual” del periódico El Espectador, se habría sometido a un escándalo en redes sociales al afirmar que no encuentra en los términos del acuerdo publicado la semana pasada ninguna parte en donde se diga que los miembros de las FARC podrían obtener un total de 26 curules, y que ello sería un “engaño” de la oposición democrática del país.
La acusación del reconocido escritor colombiano, llenó inmediatamente las redes sociales de indignados mensajes de ciudadanos que le comentaron al principio en tono respetuoso, y después con impotencia, que no los trate con desprecio, ya que es obvio que el sentido de los acuerdos es claro y con implicaciones trascendentales para el futuro del país. Las afirmaciones del escritor, adicionalmente son graves por dos razones, en primer lugar, porque demostraría un doble rasero para tratar el fenómeno criminal paramilitar y beneficiar al fenómeno criminal de las FARC, a pesar de que ambos grupos comparten las mismas prácticas narcotraficantes. En segundo lugar, porque el escritor daría muestras de que, a pesar de su formación, no sabría sumar o sustentar lógicamente sus razonamientos públicos.
La situación se debe a que en las 16 nuevas circunscripciones, podrán participar partidos distintos a los del congreso convencional, en el que estará las FARC, por lo que la organizacion terrorista podrá presentar candidatos y presentarse a elecciones utilizando la fachada de organizaciones sociales en zonas de presencia histórica del narcotrafico e intimidación de la organizacion terrorista. Como lo afirmó el propio ministro del interior, comandantes desmovilizados de las FARC podrían aspirar a participar de estas circunscripciones, si se logran saltar el sistema de reparación y presentarse con el aval de una organización social. Así, junto con las 10 curules del Partido de las FARC, la organizacion puede asegurar 16 escaños mas en sus zonas de influencia e intimidación histórica.
[pullquote]En concreto, según el escritor del periódico El Espectador, no existe la posibilidad de que las FARC tengan 26 curules, debido a que según sus palabras: “El Acuerdo dice que les dan 5 representantes como mínimo, incluso sin un solo voto. Si sacan 7 o 16 rptes por votos no les dan más.”[/pullquote]
En otra entrada en su red social, el “intelectual” del periódico El Espectador afirma que: “El Gobierno les asegura 5 representantes como mínimo a las Farc. Si los sacan por votos ya no se los da. Si sacan 16, no les da 5 más”.
A pesar de que por todos los medios los ciudadanos indignados en las redes sociales le hacen ver la invalidez de su razonamiento, el escritor sigue insistiendo que:” Lo afirmo porque los 5 representantes no se añaden a lo que las FARC saquen por votos. Si sacara 16 por votos, no les dan 5”, a lo que agregó “Siempre he admitido que hay 10 directas. Es obvio. Lo que digo es que no puedes sumarle a la Cámara otras 16 ya definidas.”
Para rematar, públicamente, escribe:
“El uribismo miente: aun si las FARC ganaran los 16 Rptes. de circunscripción especial (lo que no está escrito) las curules totales serían 21”.
[pullquote]La insistencia del reconocido escritor en su red social, habría dejado perplejos a los distintos ciudadanos que le buscaron hacer entender que los acuerdos no solamente contemplan la entrega a los terroristas de las FARC de 10 curules repartidas en el Senado y la Cámara de Representantes, sino que a petición del secretariado, a partir del año 2018, existirán adicionalmente 16 circunscripciones especiales en zonas de peligrosa influencia de la organización terrorista.[/pullquote] Así las cosas, la posibilidad real de que la organización terrorista pueda tener un número total de influencia en el congreso, se multiplica, debido a las 10 curules obtenidas directamente, más las altas posibilidades de forzar el voto a las buenas o a las malas de los pobladores arrinconados en las nuevas 16 circunscripciones especiales donde los frentes de la organización tienen dominio territorial, y han ejercido la intimidación por décadas.
El caso del escritor Héctor Abad, aunque no sería nuevo, si sería de resaltar debido no solo al desconocimiento de los términos de los acuerdos redactados en Cuba a petición de las FARC, sino a la evidente incapacidad del reconocido intelectual para entender los textos. De todas las afirmaciones que el escritor habría hecho, la mas insólita habría sido la de los 21 puestos, contabilizando 5 curules menos en las 26 totales, pero carente incluso de relación de cálculo porque de haber completado el razonamiento hubiera incorporado en la ecuación las 10 curules -y no 5- que se le concederían directamente a la organización sin nada a cambio.
Como si se tratase de figuras con autoridad para dar opiniones sobre el futuro del país, a través de los últimos años, el periódico El Espectador ha incrementado en su plantilla de escritores, personas a las que da a conocer como “intelectuales”, que curiosamente justifican las concesiones de las instituciones a los deseos del secretariado de la organización terrorista FARC, así sus cálculos y predicciones carezcan de sustento lógico. La situación ha escalado a tal punto, que, en la actualidad, la mayoría de las decenas de personas que escriben en el importante periódico, tienen unidad de criterio frente a conceder a las ambiguas y extrañas de decisiones del presidente Juan Manuel Santos, título de validez, incluso sin saber el alcance de sus decisiones, y a sabiendas de las reiteradas contradicciones y mentiras de la administración.
Durante la pasada semana, la situación ha escalado a tal punto, que algunas figuras reconocidas de medios digitales, habrían llegado a sugerir que la ciudadanía “no debe leer los acuerdos”. Este fenómeno, por ende, pone en entredicho no solamente la legitimidad del proceso como tal, sino las verdaderas intenciones tanto del gobierno central como del grupo de personas con cercanías directas o indirectas al mismo, que sugieren ignorancia frente a los reiterados beneficios de la organización terrorista en el evento de que se apruebe el denominado “Acuerdo de Cuba”.
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