El activista americano del Comunismo Cubano, Jon Lee Anderson, en cumplimiento de su formación infractora, hace pocos días se convirtió en el principal periodista acusador del expresidente Álvaro Uribe en calidad de “violador”, en una estrategia calumniosa de propaganda política internacional para afectar a la sociedad civil colombiana.
El activista americano del Comunismo Cubano, Jon Lee Anderson, en cumplimiento de su formación infractora, hace pocos días se convirtió en el principal periodista acusador del expresidente Álvaro Uribe en calidad de “violador”, en una estrategia calumniosa de propaganda política internacional para afectar a la sociedad civil colombiana. Su rol influyente en transmitir en el ámbito internacional las falsas denuncias de los medios de izquierda colombianos, que hace pocos días sugirieron que el exmandatario podría ser un “violador”, llegaron a ser incluso compartidas en redes sociales por periodistas colombianos, que soportándose en la irresponsabilidad del columnista del “New Yorker”, consideraron que su falta era menor.

El comportamiento de Jon Lee Anderson en tratar de presentar una imagen falsa de la política latinoamericana y colombiana, llegando incluso al extremo de sugerir o crear imputaciones falsas, es la punta del Iceberg de un Lobby de izquierda internacional. Jon Lee Anderson, por el descaro de sus falsas denuncias, y por su sistematicidad en hacer propaganda al comunismo internacional, podría ser la cabeza detrás de esa red de periodistas que le han servido de parlantes a los criminales hermanos Castro, El Che Guevara, “Pepe” Mujica y Hugo Chávez.
La línea de tiempo en Twitter del propagandista del genocida “”Che Guevara” (del que escribió un libro llamándolo “revolucionario”), es una manifestación expresa de la irresponsabilidad y trivialidad del periodismo americano interfiriendo calumniosamente en la política colombiana y hemisférica. A pesar del peso de las evidencias, y la declaración expresa de la periodista Claudia Morales en pedir que no se especule el nombre de su presunto agresor, Lee Anderson se convirtió en su afán de propaganda en el nuevo victimizador de Morales. Haciendo negocio con su oposición a Uribe, y sirviendo de carnada al periodismo Santista de Colombia.
Su objetivo político por ello, retomando las irresponsables conjeturas del periodismo de izquierda, se centró en la figura del exmandatario Uribe. [pullquote] Con las horas, Anderson lleno su línea de tiempo en Twitter con suposiciones calumniosas y vacías [/pullquote] atacando al exmandatario, reforzando su depravada visión de mundo y convirtiendo a la periodista Morales en su nuevo marioneta periodística, interfiriendo en la política colombiana y vigorizando a los enemigos del exmandatario en el país.
Sus posturas abiertamente de izquierda en la revista New Yorker, su ignorancia en conocer los problemas colombianos, su permanente propaganda justificadora de la dictadura cubana, su apoyo al lobby de izquierda norteamericano y su injerencia permanente en asuntos internacionales para reforzar su relato de izquierda, debe unir a latinoamerica contra su peligrosa influencia.

Recientemente, en España, en su campaña desde el New Yorker para interferir con el gobierno español aprovechando la coyuntura separatista de Cataluña, su propaganda divisionista tuvo que ser desmontada por el columnista de El País, Teodoro León. En palabras de León:
“Se ha apuntado particularmente al entorno anglosajón, sobre todo con visiones moduladas desde el entorno latinoamericano. Un ejemplo es Jon Lee Anderson. Muñoz Molina se refería en su artículo a este último: [pullquote]“Hasta el reputado Jon Lee Anderson, que vive o ha vivido entre nosotros, miente a conciencia, sin ningún escrúpulo [/pullquote], sabiendo que miente, con perfecta deliberación, sabiendo cuál será el efecto de su mentira, cuando escribe en The New Yorker que la Guardia Civil es un cuerpo paramilitar”. Anderson ha descalificado a Muñoz Molina: dice que es “tan troll como Trump”. Sin embargo, su artículo The Increasingly Tense Standoff Over Catalonia’s Independence Referendum, publicado en The New Yorker pone en evidencia manipulaciones y mentiras que distorsionan el 1-O.” Artículo COMPLETO – Desmontando a Jon Lee Anderson "Debunking Jon Lee Anderson"
Anderson, por ello, representa un peligro latente para el periodismo y la política latinoamericana, con su empeño criminal en desprestigiar la labor de la sociedad civil desde el New Yorker, el periodista se ha convertido en uno de los mayores cortesanos del comunismo internacional. Ante la gravedad de los hechos, incluso la periodista María Isabel Rueda, ha tenido que prender las alarmas.

En sus palabras:
“Anderson cayó fácilmente en el juego repugnante en el que entraron muchos esta semana: el de adivinar quién violó a Claudia Morales. Eso, como efecto de la decisión de la periodista que resolvió hacer pública una agresión sexual de la que fue víctima hace alrededor de 15 años. Su columna de opinión se tituló: ‘La defensa del silencio’, en la cual precisamente no guardó silencio, sino que habló.”
Con su conducta, los periodistas colombianos afectos a Santos y a las FARC, recogieron las conjeturas criminales de Anderson contra la oposición política del país, sin pruebas, aceitando la maquinaria propagandística del presidente, que con un 13% destruyó a Colombia en su afán de lavar los crímenes de violaciones, abortos forzados, secuestro, extorsiones, asesinatos, mutilaciones, tráfico sexual, narcotráfico y genocidio de las FARC.
Para el influyente propagandista Jon Lee Anderson, estos crímenes que enlutan al hemisferio no existen, u ocupan una jerarquia inferior a la caza de brujas del periodismo Santista. Ante los hechos, se disparan las voces de alerta de la sociedad civil colombiana, que ad portas de un nuevo proceso electoral, teme ser víctima de un nuevo montaje para desacreditar a la oposicion, y permitir el transito impune de las FARC y el comunismo en la política de Colombia.
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