"Nadie está obligado a colaborar con su propia destrucción. La resistencia civil es un derecho y una obligación" dice el historiador y escritor católico español Laureano Benitez en la presentación de su más reciente libro "La dictadura del virus:acaba la vida, empieza la supervivencia" publicado hace unos pocos meses (y disponible en Amazon en formato de E-book e impreso físico en tapa). Y esa premisa creo que ha sido entendida por la mayoría del pueblo colombiano que se niega a que sigan jugando con el en nombre de egos personales, intereses partidistas y reparticiones de negocios de los carteles de la droga de un narco-estado que es peor que en los años ochenta y noventa, porque ya su violencia, corrupción y degradación es tan evidente y "normal" para la ciudadanía de a pie, y amparada en la supuesta "opinión pública" de los medios masivos de discurso oficial, que simplemente ya a nadie le importa y todo el sistema gira alrededor de ella.
Lo anterior es necesario para hablar del recuento de las impresiones del Segundo Congreso Nacionalista 2020, donde hay muchísimas cosas que las personas que tenemos la opción nacionalista, conservadora, nacionalista católica, republicana, institucional debemos tener en cuenta a la hora de enriquecer el debate de una posición que durante más de noventa años ha estado presente en la realidad política colombiana, y que pese a que muchos la han calumniado y muy pocas veces ha llegado al poder en el país -casi siempre de facto-, ahora más que nunca cuando lo políticamente correcto y la política globalista amenazan con destruir a los Estados-Nación, su soberanía, identidades, unidad territorial y recursos naturales, y ahora más con la excusa del Covid-19.
PONENCIAS INTERESANTES, UNA NUEVA Y SANA GENERACIÓN NACIONALISTA
Dos fenómenos irónicos han despertado la conciencia nacionalista y los valores fundamentales -mal llamados "pensamiento de derechas"- han sido ocasionados por los liberales: La destrucción del orden bipartidista político nacional desde 2002 con el triunfo de Álvaro Uribe a la presidencia; y el pésimo gobierno sin principio de Autoridad de Iván Duque. Sobre esto último, como he dicho desde esta columna democrática de EL NODO COLOMBIA y en otros espacios editoriales, donde desde que ese "gobierno" subió, perdí espacio, he perdido supuestas amistades, oportunidades de empleo que sin duda en estos tiempos de crisis generalizada me hubiesen dado dinero, prestigio y una situación holgada y hasta beneficiosa frente a mi núcleo familiar, circulo de frecuencia, las pocas amistades que tengo y alguna de las personas femeninas prepotentes y amantes de las apariencias que medran y ascienden con los tacones manchados de la sangre de la verdad y de los colombianos, los escalones del abismo en el Centro Democrático.
Nada de lo anterior me importa. Nunca he negado que soy nacionalista católico, republicano e institucional. Ví de cerca esos procesos dignos de opereta de mala calidad escrita por Gustavo Bolívar que fue el nazismo criollo de pandilla callejera, donde sus mayores exponentes, el triunvirato de Tercera Fuerza terminaron destruyendo cualquier posibilidad de éxito de la iniciativa nacional: Eduardo Romano: desde un adventista involucrado en operaciones de limpieza social, sicariato y saboteos a eventos del Gobierno Santos, auspiciado por la facción "derechista" del Centro Democrático; Diego Cubillos: otro que tuvo que huir a Ecuador y que nadie sabe el origen de su repentina riqueza y un señor de apellido Devia que fue asesinado cerca al barrio Nicolás de Federman en Bogotá a mediados de 2014 por un presunto ajuste de cuentas por negocios de narcotráfico. Y no quiero seguir hablando de otros casos de la década anterior.
Parece que esa época oscura quedó atrás. Que existan movimientos como el Centro de Estudios Nueva Granda, Aurora Colombia, Vanguardia Nacional, Primero La Patria de una parte de las Reservas de las Fuerzas Militares; medios de opinión relevantes a nivel internacional como Razón Vertical de Diego Fernando Cortazar y que se haga efectivo el mecanismo de las Veedurías Ciudadanas, hace ver que hay sangre nueva, liderazgos y que hay un tesoro escondido en muchas gentes valiosas que quieren lo mejor para el país.
NO TODO ES COLOR DE ROSA
Hay dos cosas que a mi en lo personal no me gustaron: una el excesivo manejo y promoción por parte de la organización y de ciertos uribistas o ex uribistas fanáticos que se veían en los comentarios de Facebook aparte de gritar las groserías y tonterías de siempre de hacer un golpe de Estado -por eso bien merecido tienen que los mamertos los llamen "paracos de internet"- y casualmente todos eran seguidores del Coronel (R) Hernán Mejía con graves acusaciones por vínculos con el paramilitarismo y tiene pendiente una condena a 14 años de prisión y gracias a la JEP que tanto ataca está en libertad promoviendo no solamente la discordia sino la corrupción administrativa dentro de diferentes dependencias del Ejército y el Ministerio de Defensa como he recibido denuncias de personal civil y militares activos desde principios de año.
Me considero una persona que le gusta el principio de autoridad, pero NUNCA VOTARÉ POR UN MILITAR. Soy civil, civilista y considero que la inteligencia hay que dejarla en manos de personas capacitadas en gerencia, decencia y modernidad. Si vamos a poner un perfil de Alcaide de Carcel de pueblo de sexta categoría en la Jefatura del Estado y gobierno, es preferible que ya liquidemos como Estado a Colombia de una buena vez. Como persona que ha estudiado la inteligencia estratégica civil
No voy a dar nombres, pero hay republicanos y antiglobalistas mucho más calificados para representar al nacionalismo y la institucionalidad en 2022. Sin un movimiento de coalición nacionalista unificado, con liderazgos fuertes y vocación de poder para Presidencia, Congreso, revocatorias de mandato, consejos de Juventud, Juntas de Acción Comunal y elecciones atípicas son espacios a conquistar. Ah, y promover la Asamblea Nacional Constituyente para cambiar este país o retroceder el veneno que se inocula desde 1991.
APRENDIZAJES
Carlos Rodríguez, presidente de Vanguardia Nacional exhortaba sobre la necesidad urgente de salir a los territorios y obtener lenguajes, experiencias, conocimientos y saberes de los territorios y comunidades del país. Sin duda, lo mejor del evento, ya que la vivencia es fundamental para poder interpretar las necesidades del país y eso no se debe hacer a la carrera en tres meses de elecciones. Se debe hacer siempre, vivir la política, dialogar, discutir, pensar, proponer, disentir. Pero sin caer en la paranoia maoista del odio a los libros, que desprecia la lectura. En un país donde la gente dice leer dos libros al año y donde los profesionales son la gente más inculta y llena de excusas, y que además tiene un marxismo lleno de resentimiento y frases hechas colombianas de manual; pedirle a la gente que no lea es un crimen de lesa humanidad...
Pero la praxis política que va relacionada con la pedagogía y construcción popular de cultura es la tarea más urgente y ese mensaje hay que reiterarlo y replicarlo: sin aspiración política electoral.
VIVA EL NACIONALISMO COLOMBIANO, VIVA EL REPUBLICANISMO, MUERA EL URIBISMO POR EL BIEN DE COLOMBIA
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